"Mi cuento es cantar" de Alejandro Balbis es una reflexiva pieza musical que nos invita a indagar en la esencia misma de nuestra existencia. Aunque no tengo información sobre el álbum al que pertenece, el tenor de la canción y la manera en que Balbis integra las palabras sugiere una profunda exploración personal, con una entrega casi poética.
La letra nos introduce en un ambiente nocturno, cuando "todo vuelve a suceder", posiblemente haciendo referencia a recuerdos o ciclos vitales recurrentes que cobran vida mientras intentamos conciliar el sueño. La noche se simboliza como un espacio donde las marcas del pasado - física y emocionalmente - reaparecen, testimoniadas por frases como “con las marcas de la piel”. Este verso puede aludir tanto a cicatrices literales como metafóricas derivadas de experiencias vividas.
El tema central gira en torno al cuestionamiento existencial y la búsqueda de sentido. El cantante se pregunta sobre su identidad real y si los sentimientos amorosos experimentados fueron verdaderos o simplemente respuestas emocionales dictaminadas por el corazón de otra persona: "No sé si fue tu corazón el que me hizo sonreír de amor". Aquí Alejandro Balbis refleja una duda fundamental acerca del origen y autenticidad de sus propios sentimientos.
"Mil y una noche, mi cuento es cantar". Esta frase remite claramente a "Las mil y una noches", compilación antigua famosa por fomentar historias interminables. Al colocar su propio canto dentro de esta imaginería, Balbis da a entender que cantar es su método eterno para relatar experiencias encadenadas, sin comienzo ni final definitivos.
La canción también destaca por abordar la incertidumbre muchas veces presente en los viajes internos. Declaraciones como "Voy sin pensar en nada, no hay raciocinio, solo uno mismo” sugieren un proceso introspectivo despojado del razonamiento lógico habitual; confiar plenamente en el fluir natural e instintivo del ser humano puede llevarnos hacia verdades más profundas.
Una potente analogía surge cuando compara su viaje vital con los hijos del mar: "me voy casi desnudo, cual los hijos de la mar". Esta imagen evoca libertad pura pero también vulnerabilidad extrema frente al inmenso océano representado aquí por la vida misma. Es tanto símbolo poético como declaración desesperada sobre nuestra pasajera estadía terrenal e insignificancia cósmica.
Entre los acordes cálidos subyace esa verdad tan simple como invulnerable: Puede haber dudas existenciales constantes ("Por qué estoy en el mundo?"), días complejos cuya única certeza radica justamente encima de nuestra duda colectiva compartida. Mediante este último interrogante Blum—figura clave desde Montevideo—trae consigo todo amplio bulto peso herencia cultural Latinoamericana cargando sus hombros sencillez canciones folk urbanas contemporáneas modernizadas raíces charrúas tangibles pese proximidad vertiginoso impredecible tecnología moderna actual sociedad multicultural mixta constantemente redefiniendo sí misma perpetuo giro métrica narrativa autoexpresión artística sofisticación rudimentaria completa sincera bella ridículamente humana auténticamente cruda emotivamente acertada honestamente imprevista insumisa ante convenciones triviales preestablecidas protetizando resiliente sólida estructura humildemente deliberadamente sabiduramente riguroso paso tempo perpetuo vitral vivir siempre oscilante vibrato danza continuo movimiento nostalgia memoria evocaciones sentimentales magnéticas inherentes idiosincrasia carcajada pesar conciencia perseverantemente valiente sublime hermosa anarquía caos orden desfile meditada espontaneidad toate canturrear relato saeta peregrino contar toma túyo timón alma navegante inabarcable azur lintel vasto horizonte infinito ceviche existencia sensitivo soprano nave longevo liturgica ésito epifánico cuna muladar destino humano canorujo finalmente merecido trovador cuenta humanidad alumbrando singladuras esperanza íntima etérea conexión efímera muselina dual percepción penetrante redencio.