Dice la canción

A morir amores de Juan Perro

album

El Viaje

2 de diciembre de 2016

Significado de A morir amores

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La canción "A morir amores" de Juan Perro es una compleja exploración de las vidas perdidas y la lucha diaria que enfrenta una muestra representativa de personajes marginales y olvidados por la sociedad. El álbum "El Viaje", en el que se encuentra esta obra, ofrece un contexto sonoro rico en matices que complementa la cruda sinceridad de las letras.

Desde el inicio, la letra juega con imágenes de tristeza reveladoras, como los secretos que se cuelan por las rendijas de la noche. Este inicio establece un tono melancólico y desolador. El protagonista presenta una serie de retratos vívidos: Abraham, un hombre cuya vida ha sido despojada por el alcohol y cuya pérdida personal y profesional está simbolizada en su espera desesperada por una señal del destino. Su historia resuena con muchos que han sentido el peso del naufragio emocional, mostrando cómo los sueños pueden desvanecerse ante los desafíos implacables del día a día.

Los elementos irónicos son palpables cuando se menciona a Julio, quien trabaja como antidisturbios. A través de su personaje, Juan Perro ilustra cómo aquellos que apuestan por mantener el orden social terminan enfrentándose a sus propias contradicciones. La satisfacción profesional y el orgullo en su trabajo chocan con la triste realidad donde el rostro familiar aparece en medio del conflicto; así, lo que debería ser un acto seguro e institucional termina siendo devastador para él.

Avanzando hacia Consuelo, otra figura central en esta narrativa desgarradora, observamos cómo ella representa a varias generaciones atrapadas entre las ruinas de sus esperanzas pasadas y una cruda actualidad marcada por problemas sistemáticos como la falta de cuidados sanitarios. Su lucha refleja no solo el sufrimiento individual sino también una crítica profunda al estado del bienestar; su rabia es palpable cuando grita cuanto siente ante sus limitaciones. En este punto, surge un contrastado sentimiento de impotencia frente a un sistema que falla a aquellos más vulnerables.

Una constante en todas estas historias es la figura del destiempo —la noche— como espacio donde se urden historias paralelas: momentos perdidos entre sueños rotos y desesperaciones compartidas. Los “muñecos del semáforo” evocan un sentido de resignación o incluso absurdo sobre la vida cotidiana: figuras inmóviles llenas de color ante un mundo apático e indiferente.

El tono emocional abarca desde lo nostálgico hasta lo brutalmente realista. La perspectiva primera-persona utilizada permite conectar fuertemente con cada protagonista; sus pensamientos fluyen libremente mientras nos revelan traumas profundos e incontrolables emociones humanas posibilitando que nos sintamos cercanos a ellos pese a su aparente lejanía social.

Juan Perro utiliza influencias pop para dar voz a problemáticas muy reales sin diluir su mensaje crítico, ni convertirlo en algo accesible o liviano. A medida que avanza la narración musical te sumerge profundamente en temas centrales como la lucha contra las adversidades sociales y personales. Se rinde homenaje no solo al dolor humano sino también a una especie de resistencia silenciosa —una manera sutil pero firme de hablar desde esas esquinas olvidadas donde pocas veces encontramos representación.

En definitiva, “A morir amores” crea un espacio donde ecos del pasado se encuentran con las duras realidades presentes -un viaje emocional pleno- ofreciendo al oyente no solo melodía sino reflexión esencial sobre nuestra humanidad compartida. El resultado final es una obra potente capaz tanto de conmover como provocar análisis profundo sobre nuestro entorno social actual y lo frágiles que somos como seres humanos frente al peso colectivo del sufrimiento ajeno.

Interpretación del significado de la letra realizada con IA.

Por las rendijas de la noche se cuelan secretos
Tiempos de radio por el desfiladero de los sueños rotos
Por ese llanto que convive con nosotros
Esas horas donde empiezan a escribirse los periódicos
Por eso Abraham es un alcohólico, llama esperando una señal...
Que no es de tráfico
No vio a su hijo desde enero, perdió el empleo
Naufraga a tiempo parcial en esos hielos
No tiene privilegios, llora el naufragio
Hace años fue el héroe del niño, ahora ni caso
Una denuncia, una estampita con el Dios de los milagros
Aquel póster de Interviú de sus sueños de mecánico
Pero quién va a contratar a un puesto, despierta
cómo hacerse el muerto cuando hay una vida ahí fuera?
El pulso se acelera, su amor es la ginebra
Esa voz al otro lado del teléfono no suena

Julio lleva veinte años como antidisturbios
No le va mal el curro, era malo en los estudios
Suspendía y nunca le había interesado la política
Disfruta en las manifas, allí va a repartir palizas
Esta tarde se está liando fina en Barna
Y ves su cara complacida cuando empieza la carga
De último porrazo calló desplomado un chico
Julio miró abajo y vio los ojos de su hijo
Marcos salió del instituto
En sus cascos Los Chikos del Maíz y Eskorbuto
Pilla el metro y tira rápido pa' Plaza Cataluña
En su cami pone: "No nos pararán, ni de coña"
Después de un tiempo de proclamas y denuncias
Se acaban las palabras y empieza la trifulca
Marcos se siente vivo, alzando el puño sin miedo
Hasta que un rostro familiar le hace besar el suelo

Noche de radio, la calle en silencio
Como si nadie estuviera pecando
Déjala sonando y que hagan el amor los muñecos del semáforo
En otra noche de radio, un taxi de fondo
Humo de tabaco, déjala sonando
Y que hagan el amor los muñecos del semáforo

Consuelo la llamaban en el cole en los '50
Padres emigrantes de Jaén a la Barceloneta
Llamados los niños huérfanos de la guerra
Republicanos con parte de su sangre en las cunetas
Del colegio de monjas a ama de casa por sorpresa
Se casó con Rafael que habla de Gardén y la Saeta
Dos niñas perfectas pero el tercero dio problemas
Enviudó hace años y ahora Manuel es su condena
Luchando toda la vida por la Ley de Dependencia
Cuando el Estado te escupe llueven piedras
Soñó una vida digna que darle a su esquela
Sabe que lo verá morir entre sus brazos y protesta histérica:
¡Que me lo matan, que no hay sanidad pública!
¡Que mis hijas no llaman, que me deshaucia la hipoteca!"
Manuel ve llorar a su madre y no entiende ni una mierda
Pero ríe en esa silla y allá nadie la consuela

El mundo ha perdido su respeto
Al artista antes desconocido como Teko
Ahora lleva chupa y vive con un ocupa
Dejó el hip hop por el rock el muy hijo de puta
Él sigue triste en su mansión de veinticinco metros
Viendo sus propios vídeos recordando aquel Vértigo
Esta escribiendo un libro que trata del desconsuelo
Se siente muy Pablo, pero muy poco Coelho
Juan, que era su fan, ahora vive en un cajero
Y se ha acabado su pan hasta mañana
Se cansaron de él en el correccional
Ya veremos qué tal te las piensas apañar tú solo
Pero Juan está tranquilo
Con un cartón por manta y un cartón de vino
Las noches de olvido matan sus problemas
Enchufa la radio y escucha penas ajenas

Noche de radio, la calle en silencio
Como si nadie estuviera pecando
Déjala sonando y que hagan el amor los muñecos del semáforo
En otra noche de radio, un taxi de fondo
Humo de tabaco, déjala sonando
Y que hagan el amor los muñecos del semáforo

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