El bailador de Pedro Suarez

La canción "El bailador", interpretada por Pedro Suarez, nos sumerge en la historia de un hombre que creció con los gitanos y viajó hasta Nueva York, enamorándose de Machu Picchu y estableciéndose finalmente en el Cusco. La letra nos presenta a este personaje como un gran bailarín, destacando su habilidad en las pistas de baile de los hoteles, su aversión al alcohol y su dedicación a hacer collares por la mañana y amar por la tarde.

A través de su narrativa, la canción nos introduce a una bella alemana de la cual el bailador se enamora. Sin embargo, cuando propone matrimonio, ella le rechaza. A pesar del dolor que esta situación causa en su corazón, el bailador decide marcharse, explicando que el sufrimiento radica en sus zapatos de charol. Esta peculiar explicación revela una capa simbólica en la historia, donde los zapatos podrían representar sus propias decisiones o responsabilidades que le hacen sufrir en el amor.

El tema central se enfoca en la devoción que muchas personas sienten hacia el bailador, quien se identifica como gitano y proclama una vida nómada donde es visto hoy pero puede desaparecer mañana. Su decisión final de partir en avión es motivada por querer escapar del sufrimiento en el amor y atribuirlo a una voluntad divina que busca que sus zapatos de charol sean testigos de esos momentos dolorosos.

La letra resalta la idea del destino marcado para el protagonista, quien sigue el sonido característico que producen sus zapatos al bailar. Este vínculo entre música y movimiento refleja una conexión profunda entre él y su arte, sugiriendo que sus pasos están guiados por fuerzas más allá de lo físico.

En cuanto al contexto cultural en el que fue lanzada la canción en 2011, se puede apreciar cómo mantiene elementos tradicionales fusionados con sonidos contemporáneos. A nivel musical, la estructura rítmica acompañada por instrumentos típicos refuerza esa fusión entre lo clásico y lo moderno.

En conclusión,"El bailador" es mucho más que una simple canción sobre un hombre apasionado por el baile. A través de metáforas ingeniosas sobre los zapatos de charol como testigos mudos del amor y el destino como motor de sus decisiones, se profundiza en temas universales como el dolor emocional y la búsqueda constante del camino correcto. Pedro Suarez logra transmitir estas complejas emociones a través de una lírica rica en significado e invitando al oyente a reflexionar sobre las distintas facetas del amor y la identidad personal.

El creció con los gitanos
Y viajo hasta Nueva York
Se enamoró de Machu Pichu
Y en el Cusco se quedó

El bailador, el bailador

El bailaba en los hoteles
y no tomaba licor
en la mañana hacia collares
y en la tarde hacia el amor

El bailador, era el mejor
Era el mejor, era el mejor, el bailador

Una bella alemana de la cual se enamoró
luego de estar en su cama
le dijo casemonos
dijo que no
que no al amor

el bailador dijo que no
y se marchó

y que pasó
nadie entendía
porque se destrozaba el corazón
la explicación el les decía
estaba en sus zapatos de charol

el bailador, el bailador
sigue el ritmo del zapato de charol
el bailador, el bailador

y es que mucha gente
le tenía devoción
el decía soy gitano
hoy me ven mañana no

el bailador
tomó un avión

y se alejó
porque el decía
que el sufria mucho en el amor
y que era dios el que quería
que sufran sus zapatos de charol

y se marchó
siguió a la vida
siguió lo que el destino le marcó
que era seguir aquel sonido
que hacían sus zapatos de charol

el bailador, el bailador
sigue el ritmo del zapato de charol

y que pasó
nadie entendía
porque se destrozaba el corazón
la explicación el les decía
estaba en sus zapatos de charol

el bailador, oh
se marcho, se marcho
de machu picchu y nueva york
el bailador, el bailador
y sus zapatos de charol
de charol
el bailador, el bailador…