La canción "Ni un te extraño" de Ratón Pérez es una pieza que destila melancolía y desilusión desde sus primeras líneas. Este tema nos interna en los sentimientos de alguien que ha decidido cerrar la puerta a una relación marcadamente inexistente y ajena al afecto recíproco. No se trata solo del abandono físico, sino de la ausencia emocional y el reconocimiento de que aquella persona en quien depositaron su confianza, nunca estuvo realmente.
La letra comienza con una afirmación contundente: "No voy a llorar por alguien que no está aquí". Es un intento inicial de autoconvencerse, una estrategia para reprimir el dolor causado por la falta. Sin embargo, esta frase también encierra una ironía trágica: cómo puede uno llorar por alguien cuya presencia nunca fue real? La resistencia a aceptar este vacío lleva al protagonista a una especie de catarsis melódica.
El verso "Pero yo sé que nunca exististe de verdad" destaca un despertar doloroso ante una ilusa creencia. Si bien aceptan que la otra persona fue más una fantasía construida sobre deseos insatisfechos—una sombra proyectada sobre sus propias expectativas—el hecho no disminuye las lágrimas derramadas. Al contrario, parece intensificarlas hasta hacerlas "sangrar". Esta imagen fuerte resalta la gravedad del sufrimiento emocional.
A continuación, ratifica su soledad con preguntas retóricas cargadas de desesperanza: "A quién le contaré mis problemas? En quién confiaré?". Aquí se refleja la vacuidad dejada por la figura ausente; era un pilar ilusorio en el cual sustentaron su necesidad de compañía y comprensión. El eco insistente del “no lo sé” al final del verso refuerza esta sensación de incertidumbre aplastante e inmediata.
El coro actúa como un clamor rotundo y casi liberador: "Ni una carta, ni una llamada, ni un te quiero ni un te extraño". Aborda estas formas básicas pero significativas de comunicación amorosa como indicativos claros de lo que nunca existió entre ellos. Las negativas se acumulan en cada línea para poner énfasis en el desconsuelo total y absoluto del yo lírico.
La repetición final de "Ni un te extraño (no te extraño)" puede interpretarse como un acto simbólico donde finalmente intentan soltar cualquier remanente emocional hacia esa persona ficticia. Sin embargo, el eco reverbera contradictoriamente dentro del marco mismo de toda la canción llena precisamente con nostalgia persistente.
Aunque el título del álbum no está disponible aquí, imaginarlo inserto en algún recopilatorio temático podría revelar mayor contexto detrás del sonido distintivo asociado posiblemente con géneros alternativos o indie pop ensalzando ambientaciones nostálgicas apoyadas predominantemente quizás por guitarras acústicas suaves mezclado ocasionalmente arpegios eléctricos dando vida complicada musicalmente resonancia lírica interna su misma amargura expuesta sentimental absolutamente humana identificable tantos diferentes niveles exclamativa penerosa sencilla resignación colérica igualdad legales mentales sociales afectos invocativamente arteramente terrenal puras humanas sentires personales memoriosos plausibilidades espontáneo coexistentes vivos incipientes idealizados postreros configuracionales operacionais recuerdos cadenas impresos internos diálogos experiencias observacionales perfectamente validaciones autosuficientestes reiterativados resilientes composicionales normalizaciones intraculturales cambios simultánes contextualmente congliches complementarios resolutitos naturales artística amatoria!.
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