Nana Cruel de Robe

La letra de la canción "Nana Cruel" de Robe es una reflexión profunda sobre la naturaleza humana y la desilusión que puede surgir en medio de la vida. A través de metáforas poéticas y emotivas, el cantautor nos sumerge en un mundo de contrastes entre la inocencia de una nana para dormir y la crudeza de una realidad agridulce. La canción habla sobre cómo las expectativas se ven frustradas, el amor se desvanece y la búsqueda de significado en la existencia se vuelve esquiva.

Robe utiliza versos poderosos para expresar su desencanto con el altruismo humano, revelando una cruda visión del mundo como un lugar lleno de monstruos y personas malintencionadas. La canción sugiere un sentimiento de alienación hacia la sociedad, donde parece que todos buscan sacar provecho o dañar al prójimo, dejando al protagonista envuelto en una sensación de vacío y desesperanza.

A lo largo de la letra, se mezclan emociones encontradas entre esperanza y resignación. Robe cuestiona las motivaciones y acciones humanas, explorando temas como el desamor, la decepción y el peso emocional que conlleva navegar por este mundo tan complejo. La canción invita a reflexionar sobre nuestras propias experiencias y relaciones interpersonales, confrontando nuestras expectativas con la cruda realidad a nuestro alrededor.

En cuanto a datos curiosos sobre la canción "Nana Cruel", es importante destacar que forma parte del álbum "Lo Que Aletea en Nuestras Cabezas" del reconocido artista Robe, quien es conocido por su trayectoria en Extremoduro y por sus letras profundas y cargadas de emotividad. La recepción crítica hacia esta canción ha sido positiva, siendo apreciada por su poesía introspectiva y su capacidad para conectar con las emociones del público.

En resumen, “Nana Cruel” es mucho más que una simple melodía; es un viaje emocional a través de los altibajos del ser humano, con sus luces y sombras reflejadas en cada verso. Robe nos invita a contemplar nuestra propia existencia desde una perspectiva crítica pero también esperanzadora, recordándonos que incluso en medio de la crueldad del mundo, siempre hay espacio para encontrar belleza y significado dentro de nosotros mismos.

Duérmete,
Que ya estás a salvo de todo,
El Sol se ha ido entusiasmado,
Le ha salido bien
Este atardecer.

Duérmete,
Que te voy a cantar
Una nana tan cruel
Como la realidad:
Érase una vez
Una humanidad.

Yo que, yo que pensaba...
Yo que creía firmemente en el amor,
Hoy ya sé que no, que ya no importa
Y que a la vida hay que buscarle otra razón;
Y busco en los colores del atardecer
Y no la encuentro.

Yo que pasaba las noches en negociación...
Yo, que te espero.
Yo, que hice cada segundo otro mundo mejor...
Yo, que te espero.
Yo, que velaba las noches enteras...

Yo que, yo que querría poder contarte
Que ahí afuera está la vida y solo hay gente
Que quisiera comprenderte
Y abrazarte y alegrarte
Y ayudarte siempre.

Yo, que estudié al ser humano, te digo
Que no, que ya nada espero.
Yo, que intenté comprender sus motivos...
Que no, que ya nada espero.
Yo, que quisiera encontrarme contigo...

Yo que, yo que pensaba...
Yo que creía firmemente en el amor... No,
Hoy ya sé que no, que ya no importa
Y que a la vida hay que buscarle otra razón;
Y busco en los colores del atardecer
Y no la encuentro.

Duerme, que ahí afuera
Solo hay monstruos, solo hay gente
Que te compra y que te vende,
Que te odia y que te miente,
Que roba, que te mata,
Que te viola y que no siente nada.

Duérmete, que ya se ha ido el Sol.
Que tenía que hacer, dijo, y se marchó,
Y prometió volver al amanecer.