La canción "Tonto corazón" de Siggno presenta una profunda exploración de los desgarros emocionales que provoca el amor no correspondido. A través de metáforas cargadas de angustia y melancolía, el protagonista desliza al oyente por un viaje en el que sufre la pérdida del ser amado, envuelto en un remolino de sentimientos intensos.
Desde las primeras líneas, se establece un tono sombrío donde se reconoce que este amor llegó a un punto insostenible. La repetición del concepto de "remedio" sugiere la desesperanza y la falta de solución ante una relación que ha devinido en sufrimiento. En este sentido, el uso de la palabra "mal" resuena fuertemente, enfatizando el dolor emocional y físico que siente el protagonista debido a una conexión rota.
A medida que avanza la letra, esta sensación se intensifica con la declaración explícita del sufrimiento: "Me lleva la angustia". Aquí vemos cómo el sentimiento casi consume al protagonista, quien no puede siquiera imaginar una vida sin su amada. Este tipo de ímpetu emocional refleja las luchas internas del ser humano cuando enfrenta una ruptura; es como si cada recuerdo fuera un recordatorio constante del vacío dejado por esa persona.
La dualidad entre querer y perder es otro tema recurrente en la canción. El protagonista confiesa seguir queriendo a pesar del miedo y la tristeza inherentes a esa situación actual. Esta contradicción revela un aspecto fundamental de las relaciones humanas: amar profundamente puede ir acompañado también del dolor más profundo. El uso de frases como "quizás un nuevo amor" añade capas a esta narrativa afectiva, ya que abre el espectro a posibles comparaciones e inevitables celos que surgen tras una separación.
El tono emocional predominante es desesperado pero también resignado; hay una aceptación tácita de que las cosas han cambiado irreversiblemente. La repetición constante “me llega” resulta casi hipnótica y subraya cómo cada pequeño recordatorio del otro afecta visceralmente al protagonista. Este lenguaje cargado evoca imágenes vívidas y sensaciones abrumadoras para quien escucha.
El protagonismo absoluto dentro de esta lírica permite experimentar profundamente su pena e inseguridad. Desde esta primera persona íntima podemos sentir su vulnerabilidad mientras busca respuestas donde parece haber solo incertidumbre. Además, hay un interés psicólogo en observar cómo la ausencia potencia ese vacío existencial; perder a alguien puede derivar no solo en tristeza sino también en incomprensión sobre los próximos pasos.
Si miramos fijamente hacia atrás en el recorrido musical previo de Siggno, encontramos ciertos hilos comunes con obras anteriores donde exploran temáticas similares relativas al amor y desamor, pero siempre desde ángulos distintos o con variaciones estilísticas propias dentro del ámbito regional mexicano. Esto permite situar “Tonto corazón” tanto como parte esencial del repertorio actual como un reflejo madurado desde sus vínculos previos con sus seguidores.
Culturalmente, esta pieza encája perfectamente en el contexto latinoamericano contemporáneo donde las letras emotivas son altamente valoradas y resonantes entre las audiencias por su sinceridad desmedida sobre lo efímero e inconstante del amor.
En resumen, "Tonto corazón" es mucho más que una mera canción sobre pérdida; es un retrato desgarrador del sufrimiento humano enlazado al amor no correspondido. Mediante aplicaciones poéticas variados, Siggno consigue captar esta esencia universal haciéndonos partícipes involuntarios de ese océano lleno de lágrimas donde todos alguna vez hemos navegado.