Desidia de Extremoduro

La canción "Desidia" interpretada por Extremoduro es una pieza que muestra la lucha interna de un individuo atrapado en la apatía y la desilusión amorosa. La letra refleja el sentimiento de desgano y falta de motivación que experimenta el protagonista, usando metáforas ingeniosas para expresar su dolor emocional.

El narrador se describe a sí mismo como alguien que se sumerge en la desidia en un bar, donde el malestar y la apatía son sus compañeros constantes. Se siente perdido en un mundo superficial y vacío, representado por el "parolismo" que lo rodea. El repetir de esta sensación día tras día demuestra su incapacidad para escapar de este estado mental negativo.

El tema central de la canción gira en torno a un amor no correspondido, donde el protagonista compara su relación con la persona amada con insectos: él se considera un escarabajo mientras que ella es una cucaracha. Esta metáfora revela cómo se siente menospreciado y rechazado, cayendo en la autocompasión al ver cómo todo en su vida se desmorona desde que ella no le corresponde.

La fantasía juega un papel importante en la letra, mostrando cómo el narrador vive en un cuento de hadas donde él es una rana encantada enamorada de una princesa inalcanzable. Su deseo constante por estar con ella contrasta con la realidad dolorosa de ser ignorado y usado.

La canción culmina con una declaración final de frustración hacia esta persona amada y su entorno, pidiendo acabar con las historias y fantasías que lo atormentan. El narrador expresa su necesidad imperiosa de alejarse del dolor emocional infligido por esta relación tóxica e ilusoria.

En resumen, "Desidia" es una canción que retrata magistralmente los sentimientos profundos de desilusión, decepción y anhelo no correspondido. Con metáforas astutas y expresivas, Extremoduro logra transmitir la complejidad emocional del protagonista atrapado en su propia desidia emocional. La canción invita a reflexionar sobre las decepciones amorosas y las consecuencias devastadoras que pueden tener en nuestra vida emocional.

Sostribo mi desidia en la barra de algún bar;
me bebe el malestar, y me come la apatía.
Y en este parolismo me encuentro cada día,
y en este parolismo me pierdo cada día.

Andar corriendo tras tus pasos, loco por tocar tu piel;
éramos tan iguales..., ahora puedo comprender:
tú eres una cucaracha, y yo soy un escarabajo;
desde que tú no me quieres, todo se me viene abajo.

Quiero comer donde me entre hambre;
quiero dormir donde me entre sueño.
Huyes de mí como de un enjambre,
y harto que estoy, de follarte en sueños.

Vivo en un cuento de hadas, me alimento de despojos;
Tú eres una princesa, y yo una rana encantada.
¡Deja ya de clavarme alfileres a tu antojo!
¡Deja ya de clavarme alfileres en los ojos!

Barrunto tu mirada, con la fuerza de un volcán;
tu novio se lo güeli: creo que me mira mal.
¡Deja ya de joderme con sus historias!
Sólo quiero sulfatarte a todas horas.
Amén.

Quiero comer donde me entre hambre;
quiero dormir donde me entre sueño.
Huyes de mí como de un enjambre,
y harta que estás, de follarme en sueños