La canción "Ni Feliz Ni Triste" de Lagos, extraída de su mixtape "Alta Fidelidad: El Mixtape", presenta una profunda introspección sobre el desamor a través de una narrativa melancólica y moderna. Lanzada en julio de 2025, esta obra transmite las secuelas emocionales que surgen tras una ruptura, reflejando la confusión y el vacío que siente el protagonista sin su pareja.

Desde el inicio, la letra se sumerge en un estado mental deplorable donde las noches sin dormir y los excesos de café y alcohol se convierten en herramientas para evitar soñar con la persona amada. Se establece así un tono desesperado que fue casi palpable; al tiempo que se busca sofocar el dolor mediante actividades automáticas o superficiales, también queda claro que hay un anhelo profundo por lo perdido. El protagonista describe su vida como si estuviera "en modo automático", incapaz de sentir alegría ni tristeza, lo cual habla del impacto paralizante del amor no correspondido y cómo este puede llevar a vivir en una especie de apatía existencial.

A través del recurso del diálogo interno —cuando menciona que envía reacciones a las historias pero no recibe respuesta— podemos ver un retrato claro de la angustia y frustración contemporáneas. Este detalle revela la añoranza no solo por la persona amada sino también por la conexión emocional que solían tener. La expresión "me caso" resuena irónicamente; ya no son palabras llenas de ilusión, sino recuerdos convertidos en promesas vacías ante el silencio actual.

En términos emocionales, la letra palpita entre lo nostálgico y lo resignado. Con frases repetidas que insisten en su estado indefinido —"ni feliz ni triste"— se convierte en un mantra desgastante para ese corazón herido. Este juego con las emociones destaca la forma ambigua en que el protagonista lidia con sus sentimientos; un tira y afloja constante entre recordar momentos felices y confrontar el vacío presente.

Uno de los temas centrales es la lucha contra el olvido. El Protagonista intenta evitar pensar en su ex pareja pero fracasa admirablemente al convencerse de que puede haber alguien más. Esta lucha nos habla del mito popular acerca de superar a alguien mediante otra persona; aquí, Lagos pone sobre la mesa cuán difícil resulta combinar nuevos encuentros sin seguir cargando esas memorias ensombrecidas por desamor.

El tono emocional es crudo; casi se siente como un lamento moderno encapsulado dentro del universo urbano contemporáneo. Frases como "las horas lentas cuando me ignoras" crean una sensación palpable del paso eterno del tiempo cuando uno está esperando algo o a alguien que no llega. Desde esta perspectiva personal e íntima, Lagos logra hacer eco no solo en quienes han vivido situaciones similares, sino también para cualquier oyente sensible al arte sonoro actual.

El estilo musical contribuye a esta complejidad emocional. La estética mezcla ritmos urbanos con elementos melódicos sencillos pero efectivos, creando ambientes propicios para reflexionar sobre las experiencias compartidas sobre desamor y ansiedad afectiva.

Este tema ha resurgido como parte integral del repertorio musical contemporáneo; conecta inmediatamente con otros artistas exploradores del amor perdido o los desencuentros emocionales desde diversas perspectivas musicales. Con canciones similares que abordan rupturas desde diferentes ángulos emotivos o experiencias similares hasta niveles filosóficos vertiginosos frente al mismo sentimiento agonizante.

En conclusión, "Ni Feliz Ni Triste" es más que una canción sobre desamor; es un relato sincero acerca de las luchas internas contra el olvido y cómo lidiamos —o intentamos lidiar— con nuestro propio dolor cuando queda algo irremplazable ausente en nuestras vidas. A través de metáforas cotidianas y reconocibles instantáneamente por cualquier oyente desolado o malherido sentimentalmente, Lagos se establece no solo como intérprete sino como voz relevante dentro del paisaje urbano actual lleno de sentimientos contradictorios y vulnerables al mismo tiempo.

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