La canción "Superwoman" de Lichis, lanzada en 1988 dentro del álbum "Sweet & Sensual", es una obra que combina la melancolía con un profundo mensaje de amor y empoderamiento. A través de su letra, se percibe un tono reflexivo que invita al oyente a explorar las emociones complejas del protagonista. La estructura lírica revela un deseo tanto de conexión íntima como de liberación.
Desde el comienzo, el protagonista expresa su afinidad por la melancolía, una sensación que acompaña los días grises mientras la luz del sol se extingue prematuramente. Esta imagen establece un ambiente nostálgico, sugiriendo que los recuerdos compartidos han dejado una huella indeleble en su interior. Al mencionar “tu bodrio de película”, se insinúa una mezcla entre lo absurdo y lo entrañable; el peso del pasado se siente más liviano cuando se combina con recuerdos que evocan momentos significativos pero poco convencionales.
El término "Super Woman" aparece repetidamente a lo largo de la canción, funcionando como un símbolo de fuerza y esperanza. El protagonista no sólo reconoce a esta mujer como alguien extraordinario; también parece anhelar ser visto bajo esa luz especial. La frase "no soy un esbirro del patriarcado" refleja una autoidentificación que busca romper con ideales masculinos tradicionales, mostrando así un avance en su propia emocionalidad y perspectiva sobre las relaciones. Reconocer su fragilidad en “me quebraba entre tus brazos” revela múltiples capas emocionales: el amor intenso acompañado por la incapacidad de sostenerse frente a esa figura idealizada.
Los versos instando a “volar alto” y “volar lejos” contienen en sí mismos una paradoja emotiva. Por un lado, hay un impulso hacia la libertad; por otro, ese mismo deseo puede implicar dolor para quien debe desprenderse de esa conexión intensa. Este dualismo está bien representado en los ecos del amor perdido —la lucha por emanciparse mientras se conserva cariño hacia quien ha marcado su vida.
Además, hay elementos arquetípicos evidentes en este viaje emocional: la Super Woman representa no solo al ser amado sino también a toda mujer empoderada que lucha por cambiar el mundo. En esta lucha implícita por construir algo nuevo, destaca la fe del protagonista hacia ella y hacia el futuro de ambos. Así se desvela otra capa significativa: el deseo no es posesivo sino liberador; quiere que ella vuelen juntos o separados hacia nuevos horizontes.
La repetición constante del llamado a volar sirve como mantra; es una solicitud cargada de anhelos sincera por parte del protagonista—una mezcla perfecta entre admiración y dolor personal. Sin duda, capturando perfectamente ese sentimiento universal sobre cómo amar implica además dejar ir cuando sea necesario.
En cuanto al contexto cultural en el cual fue publicada "Superwoman", los años 80 estaban marcados por cambios sociales significativos donde emergían debates sobre feminismo e identidad masculina reformulada. Lichis lleva este mensaje a través de una entrega musical envolvente que equilibra sensibilidad e introspección con melodías atractivas.
En resumen, "Superwoman" es más que una simple declaración amorosa; encapsula la lucha interna entre retener lo querido y permitir que otros prosperen sin ellos. Se trata de entender el amor no desde una perspectiva posesiva sino desde uno colaborativo donde cada parte crece individualmente para formar nuevas conexiones enriquecedoras o simplemente recordar la belleza efímera del pasado compartido haciendo referencia incluso a experiencias ajenas con sus sonidos icónicos rescatados desde tiempos pasados. En ello reside todo el poder transformador presente en esta pieza tan singularmente humana como memorable.