La canción "BESÁNDOTE" interpretada por Oscar Ortiz es una balada que refleja la añoranza y el dolor de una relación amorosa que ha llegado a su fin. Situada en el contexto emocional de la pérdida, la letra muestra la lucha del protagonista para aceptar que lo que alguna vez fue un amor vibrante se ha desvanecido, dejando atrás un vacío difícil de llenar.
Desde el comienzo, la letra establece un tono melancólico. El protagonista expresa su desilusión al darse cuenta de que "casi logramos que funcionara". Esta frase inicial no solo denota una sensación de oportunidad perdida, sino también un peso emocional profundo. Aquí, ya se puede percibir cómo el protagonista está lidiando con el lamento y el arrepentimiento, añadiendo a su discurso un matiz profundamente humano que resonará con muchos oyentes.
El uso de imágenes como "firmé mi testamento / Porque está muerto en vida ya mi corazón" es especialmente impactante. Este lenguaje metafórico acentúa la idea de muerte simbólica: lo que antes florecía ahora ha sido aniquilado por la separación. La forma en que describe su corazón como “muerto en vida” resuena con aquellos momentos donde se siente una intensa tristeza a pesar de seguir existiendo físicamente.
A lo largo de esta pieza musical, hay un constante deseo de volver atrás en el tiempo para cambiar las decisiones pasadas: "Haría lo imposible para no perderte". Esta repetición enfatiza la desesperación del protagonista y subraya uno de los temas centrales: los remordimientos y deseos insatisfechos son paralelamente universales y personalísimos. La frustración por no haber podido tener otra oportunidad se agrava con las reflexiones sobre los besos perdidos; aquí se manifiesta ese anhelo tanto físico como emocional hacia su ex pareja.
La construcción lírica también ofrece giros simples pero profundos sobre el paso del tiempo: “No importa que pasen más de diez mil años / Igual, yo seguiré amándote”. Esto da lugar a otro tema recurrente: el amor eterno. Aun cuando las circunstancias cambian drásticamente, los sentimientos pueden permanecer intactos, fluyendo continuamente hacia el pasado.
Musicalmente, "BESÁNDOTE" incorpora elementos típicos del reggaetón suave o baladas urbanas contemporáneas, permitiendo conectar tanto con jóvenes como con adultos. Esto motiva a una reflexión sobre cómo este estilo moderno puede servir como vehículo para reflexionar emociones antiguas y complejas dentro del ámbito romántico.
El impacto cultural podría ser significativo también al intentar derribar barreras entre generaciones; atrapando esa esencia juvenil mientras preserva verdades emocionales probadas. A medida que avanza el relato musical, se siente un clamor claro por revivir esos momentos preciados y mantener viva la ilusión ante cualquier posible reencuentro futuro.
La interacción entre Oscar Ortiz y Becky dentro del tema parece dar un toque dinámico adecuado para reforzar conceptos tales como dualidad e interconexión en amores pasados. Al mismo tiempo que invita al oyente a explorar sus propias historias sentimentales sin imponerles juicios sobre ellas.
En conclusión, "BESÁNDOTE" emerge no solo como una simple canción acerca de un amor perdido, sino como una profunda manifestación poética del dolor universal asociado con las relaciones fallidas. Su habilidad para tocar fibras sensibles convierte esta pieza musical en un homenaje a esos momentos que definieron nuestra trayectoria emocional. En definitiva, cada verso evoca recuerdos atesorados y transforma experiencias individuales en conexiones esenciales entre seres humanos luchando por hacer frente al amor perdido.