Dice la canción

Three Wooden Crosses de Randy Travis

album

I Told You So (The Ultimate Hits of Randy Travis)

13 de febrero de 2025

Significado de Three Wooden Crosses

collapse icon

La canción "Three Wooden Crosses" de Randy Travis es una profunda reflexión sobre la vida, la muerte y el legado que dejamos a nuestro paso. Publicada en 2002 como parte del álbum "I Told You So (The Ultimate Hits of Randy Travis)", esta pieza musical se adentra en los aspectos más conmovedores de la existencia humana a través de una narrativa evocadora, donde cada personaje encarna un aspecto significativo de la sociedad.

La letra presenta una historia simple pero cargada de significado, centrándose en cuatro individuos que viajan juntos en un autobús hacia México. Mientras cada uno tiene sus propias razones para estar en el viaje —un agricultor, un profesor, una prostituta y un predicador— el vào se detiene abruptamente ante un accidente fatal. La tragedia deja solo tres cruces de madera al borde de la carretera, lo que plantea una pregunta inquietante sobre la ausencia del cuarto cruz: "Por qué no hay cuatro?" Esta línea inicial establece inmediatamente un tono reflexivo sobre la vida y su transitoriedad.

El protagonista explora el legado de los personajes caídos. El agricultor ha dejado su cosecha y amor por la tierra inculcado en su hijo; la maestra dejó sabiduría a esos jóvenes, mientras que el predicador ofrece consuelo espiritual incluso en su último aliento. Cada uno representa ideales como el sacrificio, el amor paternal y el compromiso educativo; valores que resuenan profundamente con muchas personas. Al decir "no es lo que tomas cuando abandonas este mundo", Randy Travis enfatiza que el verdadero valor radica en las huellas positivas que dejamos atrás.

A través de esta narrativa se vislumbran aspectos emocionales complejos; aunque hay tristeza por las vidas perdidas, también hay gratitud por las contribuciones permanentes a la comunidad. La ironía reside precisamente en esa satisfacción presente a pesar del dolor: cada personaje ha vivido con propósito y ha impactado a otros aunque sus vidas terminaran abruptamente. Esto nos lleva a cuestionar nuestras prioridades y acciones cotidianas: qué estamos dejando realmente atrás? Este tipo de introspección permite conectar emocionalmente con oyentes de diversas experiencias personales.

El estilo narrativo es típico del country americano, utilizando imágenes vívidas y evocadoras para contar historias profundas. La elección de voz da fuerza al mensaje; aquí no sólo hay un relator, sino un protagonista íntimamente ligado a los sucesos e ideas expresadas. En lugar de ser meramente un observador distante, conecta con los sentimientos e identidades presentes: somos todos componentes activos dentro del tejido social.

Adicionalmente, este tema resuena fuertemente con otras obras del mismo artista o del género country como "If I Had Any Field" o "Forever and Ever, Amen", donde también se celebran valores familiares y humanos esenciales —aunque "Three Wooden Crosses" destaca por su acercamiento sobrio y emocional a temas mortales.

El impacto cultural de "Three Wooden Crosses" no debe subestimarse; toca fibras sensibles acerca del sentido profundo detrás de las interacciones humanas diarias. A través del motor narrativo ligero pero significativo asociado al country americano entrelazado con melodías suaves pero memorables, esta canción sigue siendo relevante incluso años después de su lanzamiento.

En conclusión, "Three Wooden Crosses" es mucho más que una simple balada country; es un examen conmovedor sobre cómo vivir plenamente puede influir en otros tras nuestra partida. Mediante historias entrelazadas por recorridos compartidos hacia destinos inciertos, Randy Travis logra ofrecer una perspectiva abierta sobre lo esencial: dejar huella significa vivir conscientemente más allá del tiempo físico asignado. Una lección valiosa encapsulada en versos sencillos pero poderosos que invitan a reflexionar sobre nuestras propias vidas y legados antes de decir adiós.

Interpretación del significado de la letra realizada con IA.

A farmer and a teacher, a hooker and a preacher,
Ridin' on a midnight bus bound for Mexico.
One's headed for vacation, one for higher education,
An' two of them were searchin' for lost souls.
That driver never ever saw the stop sign.
An' eighteen wheelers can't stop on a dime.

There are three wooden crosses on the right side of the highway,

Why there's not four of them, Heaven only knows.

I guess it's not what you take when you leave this world behind you,

It's what you leave behind you when you go.

That farmer left a harvest, a home and eighty acres,

The faith an' love for growin' things in his young son's heart.

An' that teacher left her wisdom in the minds of lots of children:

Did her best to give 'em all a better start.

An' that preacher whispered: "Can't you see the Promised Land?"

As he laid his blood-stained bible in that hooker's hand.

There are three wooden crosses on the right side of the highway,

Why there's not four of them, Heaven only knows.

I guess it's not what you take when you leave this world behind you,

It's what you leave behind you when you go.

That's the story that our preacher told last Sunday.

As he held that blood-stained bible up,

For all of us to see.

He said: "Bless the farmer, and the teacher, an' the preacher;

"Who gave this Bible to my mamma,

"Who read it to me."

There are three wooden crosses on the right side of the highway,

Why there's not four of them, now I guess we know.

It's not what you take when you leave this world behind you,

It's what you leave behind you when you go.

There are three wooden crosses on the right side of the highway.

Letra traducida a Español

Un granjero y un profesor, una prostituta y un predicador,
viajando en un autobús a medianoche con destino a México.
Uno se dirige de vacaciones, otro hacia la educación superior,
y dos de ellos buscaban almas perdidas.
Ese conductor nunca vio la señal de alto.
Y los camiones de dieciocho ruedas no pueden detenerse de golpe.

Hay tres cruces de madera al lado derecho de la carretera,
por qué no hay cuatro, solo Dios lo sabe.
Supongo que no se trata de lo que llevas cuando dejas este mundo atrás,
sino de lo que dejas atrás cuando te vas.

Ese granjero dejó una cosecha, un hogar y ochenta acres,
la fe y el amor por cultivar cosas en el corazón de su joven hijo.
Y esa profesora dejó su sabiduría en las mentes de muchos niños:
hizo todo lo posible por darles un mejor comienzo.

Y ese predicador susurró: “No ves la Tierra Prometida?”
Mientras ponía su Biblia manchada de sangre en la mano de esa prostituta.

Hay tres cruces de madera al lado derecho de la carretera,
por qué no hay cuatro ahora creo que lo sabemos.
Supongo que no se trata de lo que llevas cuando dejas este mundo atrás,
sino de lo que dejas atrás cuando te vas.

Esa es la historia que nuestro predicador contó el domingo pasado.
Mientras sostenía esa Biblia manchada de sangre en alto,
para que todos pudiéramos ver.

Él dijo: “Bendice al granjero, al profesor y al predicador;
quien le dio esta Biblia a mi mamá,
quien me la leyó.”

Hay tres cruces de madera al lado derecho de la carretera,
por qué no hay cuatro, ahora supongo que lo sabemos.
No se trata de lo que llevas cuando dejaste este mundo atrás,
sino lo que dejaste atrás cuando te fuiste.

Hay tres cruces de madera al lado derecho de la carretera.

Traducción de la letra realizada con IA.

0

0