Ouroboros de Rubel

La canción "Ouroboros" del artista brasileño Rubel, perteneciente al álbum "Solaris", es una joya de la música contemporánea que invita a reflexionar sobre la conexión entre lo personal y lo colectivo, así como el valor de los pequeños momentos en la vida. Su estilo musical, que bordea el folk y la música brasileña moderna, fusiona ritmos suaves con letras profundas que evocan paisajes urbanos y sentimientos íntimos.

Desde el inicio, el protagonista nos presenta una escena cotidiana: se asoma a su balcón y contempla un paisaje iluminado por el sol. Este acto sencillo se convierte en un momento de conexión con sus raíces, recordando su entorno en la zona este de São Paulo. La imagen del oro que brilla al sol puede interpretarse no solo como un símbolo de riqueza material, sino también como un reflejo de las experiencias que transforman lo mundano en algo valioso. La letra evoca una lucha constante entre el trabajo duro y el placer, sugiriendo que ambos son necesarios para crear una vida plena.

La referencia a São Paulo va más allá de la geografía; Rubel delicadamente retrata la ciudad como un personaje vivo llena de historia y contradicciones. Al mencionar ser “hija del pecado” o tener “la voluntad” olvidada por diferentes circunstancias, se hace eco de las complejidades de vivir en una gran metrópoli donde se cruzan diversas realidades sociales. Esta idea está acompañada por imágenes poéticas que dan cuenta del dinamismo e intensidad propia del ambiente urbano.

A medida que avanza la letra, surgen momentos reveladores en los que el protagonista interactúa con otros personajes. Al observar cómo alguien le mira a los ojos y espera escuchar rimas ingeniosas, se introduce una dinámica cargada de complicidad e improvisación — propia del arte callejero y la música popular. Aquí reside parte de la esencia emocional: las conexiones humanas pueden ser tanto espontáneas como profundamente significativas.

Uno de los temas recurrentes en “Ouroboros” es el concepto de transformación. En varias partes se menciona cómo distintas acciones cotidianas —como “lamer lágrimas” o “construir casa”— no solo resaltan vulnerabilidad sino también resiliencia. Este enfoque mágico hacia lo cotidiano pone al oyente en contacto con conceptos casi alquímicos, donde cada experiencia tiene potencial para convertirse en algo especial o valioso.

El tono emocional varía desde momentos contemplativos hasta denotar alegría y orgullo por las pequeñas victorias diarias— una mezcla genuina presente también en su forma lírica escrita desde primera persona. Con ello, Rubel teje un tapiz sonoro donde cada verso ofrece un vistazo a su mundo interno mientras refleja realidades externas.

Al mirar dentro del contexto cultural en el cual "Ouroboros" fue lanzada (en pleno 2020), podemos verlo como un símbolo esperanzador frente a desafíos contemporáneos; muchos buscaban formas alternativas para valorar su vida diaria durante tiempos inciertos.

Además, destaca cómo esta canción contribuye al legado musical brasileño contemporáneo al explorar narrativas urbanas con poética modernidad similar a artistas como Cazuza o Adriana Calcanhotto aunque convergiendo hacia nuevos caminos creativos.

En resumen, "Ouroboros" es más que una simple canción; es un profundo viaje introspectivo escondido tras melodías accesibles pero llenas de simbolismo potente. Rubel logra demostrar mediante su lirismo envolvente cómo hay belleza incluso en los aspectos más frágiles y cotidianos de nuestra existencia, convirtiéndolos casi mágicamente —y sin perder nunca esa esencia humana— en auténtico oro vivido a través del calor humano y emocional compartido entre todos nosotros.