La canción "going blank" de Seizi Kimura, que forma parte del álbum "Music not fade away", se presenta como una exploración lírica de la confusión emocional y el amor en un contexto contemporáneo. A través de un juego de palabras que mezcla el inglés y el japonés, Kimura logra crear un ambiente evocador que captura la esencia del desasosiego romántico.
Desde su inicio, la letra introduce al oyente en un paisaje sonoro caracterizado por una sensación de pérdida y deseo. Frases como "into za naito agein" nos sumergen en una atmósfera nocturna, sugiriendo momentos de introspección y reflexión en torno a relaciones pasadas. La reiteración de "gōingu buranku" sugiere un ciclo repetitivo de buscar respuestas o sentido entre las sombras del pasado, lo que da pie a una interpretación sobre la lucha interna del protagonista por encontrar claridad en sus sentimientos.
A medida que avanzamos en la letra, se hace evidente que hay un contraste entre el anhelo genuino por el amor verdadero ("ritsu meiku rabu") y la desilusión con las conexiones superficiales ("rettsu feiku rabu"). Este juego binario resuena con muchos oyentes contemporáneos que experimentan presiones sociales para construir relaciones basadas más en apariencias que en emociones reales. Es aquí donde Kimura plantea preguntas retóricas sobre la autenticidad en las relaciones modernas, dejando entrever una crítica sutil hacia esos encuentros efímeros que carecen de significado profundo.
Además, el uso del término "tokunou miruku" puede interpretarse como una referencia cultural a algo dulce pero transitorio; mientras el protagonista busca calidez y conexión real, también hay un sentimiento implícito de decepción ante lo efímero. El tono melancólico es palpable: aunque se desea amor sincero, persisten las dudas sobre si este tipo de relación es realmente attainable dentro del contexto actual.
En términos emocionales, el tono evoluciona desde una búsqueda nostálgica hasta momentos de resignación. Hay cierta ironía presente cuando se menciona "gōin ni panku na gēmu", ya que resalta cómo las dinámicas románticas pueden volverse casi como un juego manejable—una lucha constante entre lo deseado y lo real. La proverbial búsqueda del amor verdadero choca con las vehementes imposiciones sociales representadas por vínculos concentrados más en movimiento digital (online) que en conexiones humanas sustanciales.
Kimura utiliza esta narrativa para abordar temas recurrentes tales como la soledad dentro del amor colectivo y los dilemas propios de la era digital bajo una luz distintivamente artística. Al hablar desde la perspectiva primera persona—el propio protagonista—se establece una cercanía emocional con los oyentes; todos hemos pasado por momentos así donde uno está navegando a ciegas por aguas llenas de dudas existenciales. Esta elección estilística permite al artista conectar ardientemente con su público ya que estos sentimientos son universales.
La presentación sonora acompaña perfectamente esta lírica introspectiva; mezclando acordes vibrantes junto a elementos más suaves para crear tensión emocional. Esto refuerza esa experiencia sensorial donde cada nota parece pulsar al ritmo del corazón magullado por experiencias pasadas.
En conclusión, "going blank" no solo es una exploración musical efectiva sobre amores perdidos sino también un espejo honesto hacia nuestras propias luchas emocionales personales ante el tumulto inherente al amor moderno. Seizi Kimura ha logrado encapsular la complejidad emocional contemporánea con delicadeza e ingenio mediante ritmos contagiosos y letras introspectivas, logrando así dejar una huella perdurable tanto musical como emocionalmente.