La canción "Brujería", en la que colabora el conocido Tego Calderón, forma parte del álbum "Vida" de Draco Rosa, un cantautor puertorriqueño cuyas composiciones combinan elementos del rock con diversas influencias latinas. Publicada en 2013, esta pieza musical destaca por su profundidad lírica y su complejidad emocional.
Desde los primeros versos, "Guardo toneladas de poesía explosiva / Junto a mi cama / Y una pistola cargada de miedo / Bajo mi almohada", se establece un ambiente cargado de tensión. El protagonista revela una dualidad entre la belleza de la poesía y la amenaza del miedo simbolizada por la pistola. Esta metáfora inicial sugiere que la creatividad y el amor pueden coexistir con el temor y el dolor, estableciendo un tono melancólico pero intenso.
A lo largo de la letra, el protagonista guarda recuerdos y emociones que van desde las risas hasta los "gritos tan fuertes que parecen silencios". Este versículo implica que hay experiencias tan abrumadoras que pueden causar daño sin ser expresadas abiertamente. La idea de guardar palabras del infierno y del cielo resalta otra dualidad: se trata de una lucha interna donde conviven tanto las alegrías como los demonios personales.
El estribillo "Poesía, brujería" encapsula el mensaje central. Aquí se plantea que las palabras tienen un poder mágico, capaz de provocar tanto la creación como la destrucción. La brujería alude a ese arte misterioso e impredecible que puede cambiar realidades; en este sentido, se insinúa que el acto mismo de crear es también un acto arriesgado.
Al mencionar "las fórmulas de un viejo adivino", Draco Rosa introduce elementos esotéricos. Las fórmulas no pronunciadas aluden a secretos guardados y a conocimientos ocultos; son esos aspectos íntimos que uno no quiere compartir por miedo a perderse a sí mismo o a quedar atrapado en sus propios demonios. Esto refleja una comprensión emocional profunda sobre cómo lidiamos con nuestras experiencias más oscuras.
Además, el verso “guardo las lenguas que consumen los hielos en mi cabeza” trae una imagen poderosa y casi surrealista. Los hielos podrían representar momentos congelados en el tiempo (recuerdos) que atormentan al protagonista intelectualmente o emocionalmente. Al referirse a las lenguas como algo consumido, se enfatiza cómo esas palabras o pensamientos destructivos nos pueden devorar internamente si se permiten crecer sin ser expresados.
El tono emocional fluctúa entre lo introspectivo y lo desesperanzado; hay una búsqueda constante por entender y reconciliarse con estos opuestos dentro del propio ser. En este contexto, Draco Rosa utiliza una primera persona muy personal para conectarse directamente con quien escucha y experimentar esa misma lucha.
En términos culturales, "Brujería" surge en un momento donde el público busca sinceridad en la música, especialmente tras décadas donde lo superficial dominó muchos géneros comerciales. Este enfoque lírico responde al anhelo colectivo de profundizar en nuestras propias inseguridades y cuestionamientos existenciales mediante las letras musicales.
Finalmente, al comparar esta canción con otros trabajos de Draco Rosa o incluso obras similares dentro del género rock latino contemporáneo, encontramos similitudes temáticas relacionadas con la lucha interna del individuo frente a sus miedos y deseos prohibidos. Sin embargo, aquí hay una particular profundidad poética e inventiva—cualidades características del autor—que hacen singular esta colaboración con Tego Calderón.
Así pues, "Brujería" no solo ofrece música poderosa; su esencia radica en habitar espacios emocionales complejos donde cada oyente podría encontrar resonancia personal respecto a sus propios desafíos existenciales y creativos.