El Loco de la estación de Ecos Del Rocio

La letra de la canción "El Loco de la estación" interpretada por Ecos del Rocio nos sumerge en una historia de amor no convencional y llena de pasión. En esta sevillana, se narra la historia de un hombre, el protagonista, que toma decisiones extremas movido por su amor hacia una mujer. A lo largo de la pieza, vemos cómo este personaje principal está dispuesto a cometer actos fuera de lo común con tal de estar junto a su amada.

En la primera estrofa, se describe al protagonista como alguien que no valora las posesiones materiales y está decidido a conquistar a la mujer que ha capturado su corazón. Su enamoramiento es tan intenso que incluso contempla robar para hacerse notar y demostrar su devoción. Se destaca la imagen del escaparate como metáfora de la belleza exterior que busca conquistar.

La presencia constante de un elemento judicial en la narrativa agrega tensión a la relación entre los personajes. El juez aparece como una figura recurrente que representa las consecuencias legales y sociales de las acciones del protagonista. La entrega total por parte del hombre contrasta con la incertidumbre y fragilidad emocional mostrada por la mujer, quien parece atrapada en una situación complicada.

El estribillo refuerza el deseo desesperado del protagonista por encontrar una solución a sus problemas laborales y personales a través del amor. Esta insistencia en ser encerrado y liberado del desempleo muestra cómo el amor puede llevarlo a extremos impensados, evidenciando su falta de control sobre sus propias acciones.

La canción también aborda temas como el desencanto laboral y las dificultades económicas que enfrenta el protagonista, contextualizando sus motivaciones detrás de sus decisiones impulsivas. La percepción del tiempo perdido estudiando para obtener una carrera sin futuro se contrapone al poder transformador del amor en su vida.

El entorno descrito en la letra refleja un ambiente cotidiano pero cargado emocionalmente. Las referencias al parque, colegas y juegos simbolizan momentos compartidos entre los amantes, incluso cuando las circunstancias son adversas. La presencia constante del tren como símbolo de partida añade un matiz melancólico y esperanzador al mismo tiempo.

En términos musicales, la mezcla entre el género flamenco y sevillano otorga a la canción una atmósfera nostálgica y emotiva que complementa perfectamente el contenido lírico. La voz apasionada junto con los arreglos instrumentales intensifican el mensaje emotivo contenido en la letra.

En resumen, "El Loco de la estación" es una canción profundamente emotiva que explora los límites del amor incondicional frente a las adversidades sociales y personales. A través de personajes complejos e situaciones dramáticas, se revelan capas emocionales que invitan al oyente a reflexionar sobre el sacrificio y los vínculos humanos más allá de lo convencional.

El, no entendía de quilates,
eligió la mas bonita
y rebentó el escaparate.

Ella, sin dudar la entregaría
pero le amenaza el,
"si la entregas vida mía,
no me vuelves mas a ver".

El, toda la vida estudiando
para sacarse la carrera,
sin futuro, sin trabajo
y se enamoro de ella.

(estribillo)
Encierreme, y sáqueme usted del paro
se lo ruego señor juez,
era el día de su santo
y por eso la robé.

El, vive loquito por ella,
casi siempre va silbando
con su bici y con su perra.

Ella, tiene el alma partida
de lo triste que lo ve,
"no te rayes vida mía
pronto pasara tu tren".

El, busca el punto de partida
junto a la estación de tren,
sin raíces y sin vías
yo jamas me casare.

(estribillo)
Encierreme, que yo soy la culpable
se lo ruego señor juez,
y le dice usted a mi madre
que me he escapado con el.

Ella, siempre va a buscarlo, ella,
y se va pedaleando
con su bici y con su perra.

El, se la lleva cada tarde
al rincón de sus colegas,
y ronea por el parque
de chavala y de pulsera.

Ella, solo encuentra la salida
liaita en un papel,
y se lame las heridas
por que se muere por el.

(estribillo)
Encierreme, que yo soy la culpable
se lo ruego señor juez
y le dice usted a mi madre
que me he escapado con el.

El, vuelve a la estación del paro,
y entre juegos de canutos
busca su primer trabajo.

Ella, por el mono la vendía
sin que se enterara el,
se la compra un policía
y la encierra el señor juez.

El, diez minutos cada día
es el tiempo que la ve,
la estación sigue vacía
y el la espera en el anden.

(estribillo)
Encierreme, que y sáqueme usted del paro
se lo ruego señor juez,
era el día de su santo
y por eso la robe.