Extraña de Querer de Ile

La letra de la canción "Extraña de Querer" de ILe es una exquisita manifestación de emociones y sensaciones encontradas que giran en torno a un amor complejo y apasionado. La artista narra una experiencia sensorial intensa, donde cada detalle físico se convierte en metáfora de un sentimiento profundo y ambiguo.

En las primeras estrofas, se menciona el surgimiento de nuevas sensaciones al contacto con la persona amada, comparando sus dedos con antenas y sus caricias con ranas posándose en su espalda. Este encuentro despierta un deseo irrefrenable de conexión íntima, representado por la aparición de brazos invisibles que se extienden hacia el otro.

La canción evoluciona hacia una exploración de la dualidad entre el deseo y la responsabilidad, enfrentando la necesidad del amor físico con la realidad cotidiana. Los ocho brazos metafóricos simbolizan la multiplicidad de deseos y anhelos encontrados en esa relación, mientras que la decisión dolorosa de detenerse en medio del camino refleja un momento crucial de introspección.

A lo largo de la canción, se entrelazan imágenes surrealistas que sugieren una transformación interna y externa: manos largas surgen de la piel, amarillos trozos de piel asoman entre las paredes. Estas visiones oníricas culminan en un acto liberador donde se permite dejar salir lo reprimido y abrirse a nuevas posibilidades.

El cierre melancólico pero esperanzador de la canción destaca el valor del agradecimiento por las experiencias compartidas, incluso cuando estas sean difíciles o confusas. La conexión íntima se convierte en algo sagrado, capaz de transformar a los amantes en seres míticos e insectos fantásticos.

En definitiva, "Extraña de Querer" es una canción que invita a explorar las complejidades del amor y las relaciones humanas desde una perspectiva poética e introspectiva. A través de metáforas sutiles y evocadoras, ILe logra capturar la esencia misma del deseo apasionado y conflictivo que habita en cada uno de nosotros.

Me cruzaste de la mano y me nacieron dos antenas
Y mientras fotografiaba, sin que nadie nos viera
Se posaron tus deditos, como rana en mi espalda

No sabía si iba a verme, si dejarme acariciar
Me hacen falta las caricias, en estas horas de mar
Y un brazo invisible, me salió de la pared
De la piel de la espalda, que esta extraña de querer

Se me estiraban los brazos y de allí desde esa piel
Me salía una y una, largas manos a la vez
De pronto tenía ocho y estaba al redor de ti
Y fue justo cuando con dolor lo decidí

Que no podía continuar, en tan escueta canción
Que tus brazos y los míos, hacían una obación
De cariños que no pueden, por favor hazme el amor
Dame toda la energía, que necesito un favor

Para recuperar algo, de lo que se hecho a querer
Y vivir ya paso a paso con mi cría y su querer
Fuerzas para entender, que no necesito mucho más que a mi
Me escribía pekisjina, sutilmente en su tapiz

Y trepe por las paredes, llegue al techo te perdí
Se me amarillo de pronto, cierto trozo de nariz
Cuando mire hacia mi arriba, te vi abajo a mis pies
Y en latex se me veía, el amarillo de tu piel

Y fue ahí que decidí, manos déjelo salir
Y dejar que el aire cubra este mítico jardín
Se lleno de aire el bar y luego casi no te vi
Y ya cuando regresaste, ya todo resuelto al fin

Pero que noche más loca y que linda a la vez
Descansar en cuatro notas, que yo misma me invente
Tener alas, volar alto, de la barra a orinar
Y lograr al fin callarte y a tus manos trasladar

Te doy gracias hoy por tanto, por aquel viejo lugar
En el que con mis antenas, nos logramos conectar
En el que una araña dulce, por amar salió de mi
Y me convertí en insectos, como Kafka en frenesí