La canción "El Tiguerón" de Jossie Esteban y La Patrulla 15 es una pieza musical cargada de humor y desamor, en la que se narra con ironía y un toque de sarcasmo la traición sufrida por el protagonista. Desde el principio, el tono ligero y bailable invita al oyente a disfrutar de la melodía mientras se adentra en una historia de celos y deslealtad. La lírica presenta una narrativa sencilla pero efectiva, donde cada verso avanza la trama del amor perdido a manos del infame Tiguerón, un personaje que simboliza tanto el arquetipo del hombre seductor como un ladrón sin escrúpulos.
En el corazón de esta composición se encuentra la desilusión del protagonista, quien expresa su dolor al descubrir que su amada ha encontrado placer en los brazos de otro. La comparación con Romeo y Julieta resuena como un eco dramático en contraste con la realidad cómica que enfrenta. Mientras aquellos dos amantes luchaban contra las adversidades por amor eterno, aquí se juega con un triángulo amoroso marcado por chascos y frivolidades cotidianas. El Tiguerón no solo roba a la mujer; también invade su hogar, devora su comida y utiliza sus pertenencias como si les pertenecieran. Cada referente sobre lo que este charlatán consume – desde el salchichón hasta el pitorro – añade capas a los sentimientos del protagonista, quien lamenta no solo la pérdida emocional sino también lo material.
El uso del humor es clave en esta canción. Las situaciones absurdas a las que se enfrenta el protagonista generan risa incluso mientras narra una experiencia dolorosa. Este enfoque hace que el desamor sea menos trágico y más relatado con picardía. El estilo de merengue característico del grupo convierte esta historia trágica en una especie de fiesta catártica donde nadamos entre risas y cuernos.
A través de esta letra irónica, uno puede identificar temas universales como la traición, los celos y la pérdida. Sin embargo, lo llamativo es cómo Jossie Esteban logra que estos asuntos pesados parezcan ligeros gracias a su tono festivo e inquisitivo. Además, representa una crítica social implícita hacia hombres como el Tiguerón: esa figura carismática que atrae sin quererlo a otros hacia situaciones complicadas.
El contexto cultural también es significativo aquí; lanzada en un momento donde tanto el merengue como otros ritmos latinos ganaban terreno internacionalmente, "El Tiguerón" resonó especialmente entre las comunidades hispanohablantes por su humor acerado respecto a relaciones turbulentas típicas enel día a día. Años después aún puede escucharse en fiestas o reuniones sociales donde se busca animar ambientes; es casi un himno para quienes han sentido alguna vez ese famoso “dolor” del engaño.
En términos estilísticos, destaca cómo desde una perspectiva primera persona logramos sentir íntimamente las molestias del protagonista; hay tragedia detrás de varias líneas hilarantes mientras se refiere al infame charlatán. Esa conexión personal permite vivir junto al protagonista cada pena llevadera o risa amarga ante unas circunstancias inesperadas.
Finalmente, podemos concluir que "El Tiguerón" no solamente entretiene; va más allá al mezclar amor con humor e intriga social dentro del relato musical latinoamericano contemporáneo. Esencialmente es un recordatorio simpático sobre cómo muchos lidian con corazones rotos: riendo y bailando mientras lloran por dentro. Es precisamente esa dualidad lo que da fuerza a este emblemático tema inmortalizado en muchas memorias colectivo siempre dispuestas para entretenerse o sacar sonrisas aún tras años pasados desde su creación.