La canción "Por esa calle vive" de Los Diamantes De Ojinaga es una pieza musical que se inscribe dentro del género de la música norteña, caracterizada por su estilo melódico y el uso de acordeones y guitarras. Esta canción evoca sentimientos profundos relacionados con el amor perdido y la nostalgia, temas recurrentes en la cultura musical del norte de México.
El protagonista de la letra narra su desamor al mencionar a una mujer que lo abandonó, vinculando su dolor no solo a la pérdida emocional sino también a la influencia de un entorno familiar que, según él, fomentó esa separación. La repetición del verso "su mamá tuvo la culpa" destaca un sentido de frustración hacia factores externos que influyeron en el desplome de su relación. Este recurso no solo muestra el apego emocional del protagonista hacia esta mujer, sino también su intento por encontrar un villano fuera de sí mismo para gestionar el sufrimiento.
A lo largo de los versos, se revela una compleja mezcla entre el rencor y el deseo. La figura femenina es vista como alguien que experimenta sus propias luchas internas: ella llora y guarda un sentimiento profundo. Sin embargo, aunque parezca que hay una posibilidad de reconciliación en sus recuerdos compartidos, el protagonista asegura con firmeza que ya no ruega por ese amor; enfatizando que "ese tiempo ya se acabó". Aquí podemos observar un marcado tono resignado en su voz, donde intenta mostrarse fuerte ante una tragedia sentimental.
Los repetidos guiños emocionales sugieren no solo tristeza sino también confusión: mientras ella parece afligirse por lo perdido, él parece decidido a seguir adelante. En este sentido, hay una ironía palpable; aunque desea dejar atrás ese vínculo doloroso, sigue atormentándose por los recuerdos asociados a ella.
El sonido nostálgico e instrumentación típica del norteño contribuyen vitalmente al ambiente emotivo generado por las letras. La combinación entre melodía alegre y temática trágica teje un contraste vívido que se refleja en tantas otras canciones populares del mismo estilo. A través de este análisis, resalta cómo Los Diamantes De Ojinaga logran capturar no solo un momento específico de duelo personal si no también una experiencia universal sobre el desencanto amoroso.
Desde la perspectiva cultural y contextual, esta pieza musical pertenece a un rico panorama sonoro donde historias similares han sido contadas y recontadas en diversas variaciones a lo largo del tiempo. El hecho de abordar los altibajos emocionales desde una mirada honesta permite conectar con muchos oyentes; sin duda es uno de los motivos por los cuales la música norteña sigue resonando profundamente entre fieles seguidores.
En términos generales, “Por esa calle vive” nos ofrece más que simplemente relatos sobre amores perdidos; nos invita a reflexionar sobre nuestras propias vivencias mientras uno escucha sus acordes nostálgicos resonar. A pesar del dolor subyacente presente en cada línea y acorde tocados por estos artistas mexicanos, hay una belleza intrínseca en cómo logra encapsular experiencias individuales dentro del marco generalizado del amor —amargo pero hermoso— existente en nuestras vidas cotidianas.