El Jardín Prohibido de Sergio Dalma

La letra de la canción "El Jardín Prohibido" interpretada por Sergio Dalma es una profunda exploración de la infidelidad y las consecuencias emocionales que conlleva. En la canción, el narrador confiesa haber sido seducido por la mejor amiga de su pareja, admitiendo haber caído en la tentación del fruto prohibido. Las metáforas utilizadas en la letra transmiten un sentido de culpa y remordimiento por sus acciones, destacando el conflicto interno entre el deseo carnal y el amor verdadero.

El narrador describe cómo se dejó llevar por sus impulsos al cometer el acto prohibido, sintiendo placer físico pero lamentando profundamente la ausencia espiritual de su pareja. A pesar de sucumbir a la tentación, expresa arrepentimiento y promete no repetir su error, reconociendo que su alma pertenece a su ser amado.

La canción sugiere una reflexión sobre la fragilidad humana y la complejidad de las relaciones amorosas. La dualidad entre lo físico y lo emotivo se manifiesta en cada verso, revelando los conflictos internos del protagonista al enfrentarse a sus propias acciones deshonestas. El uso de metáforas como "comí del fruto prohibido" evoca los conceptos bíblicos del pecado original y la culpa inherente.

En cuanto al contexto social e histórico, "El Jardín Prohibido" destaca por abordar un tema universal que ha sido recurrente en la cultura popular a lo largo de los años. La infidelidad y sus ramificaciones emocionales son temas atemporales que han inspirado numerosas obras literarias, cinematográficas y musicales a lo largo del tiempo.

Sergio Dalma, conocido por su estilo romántico y melódico, logra transmitir con gran sensibilidad las complejidades emocionales presentes en la canción. Su voz emotiva refleja el dolor y el arrepentimiento del personaje central, añadiendo capas adicionales de intimidad a la interpretación.

En resumen, "El Jardín Prohibido" es mucho más que una simple balada romántica; es un testimonio honesto sobre las consecuencias devastadoras de traicionar la confianza de aquellos que amamos. A través de sus letras introspectivas y emotivas, Sergio Dalma nos invita a reflexionar sobre nuestras propias decisiones y responsabilidades dentro de una relación amorosa.

Esta tarde vengo triste y tengo que decirte
que tu mejor amiga ha estado entre mis brazos
sus ojos me llamaban pidiendo mis caricias,
su cuerpo me rogaba que le diera vida.

Comí del fruto prohibido dejando el vestido
colgado de nuestra inconsciencia
mi cuerpo fue gozo, durante un minuto,
mi mente lloraba tu ausencia.
No lo volveré a hacer más,
no lo volveré a hacer más.

Pues mi alma volaba a tu lado y mis ojos
decían cansados que eras tú, que eras tú,
que siempre serás tú.
Lo siento mucho la vida es así,
no la he inventado yo...

Si el placer me ha mirado a los ojos
y cogido por mano, yo me he dejado llevar por mi cuerpo
y me he comportado como un ser humano
lo siento mucho, la vida es así,
no la he inventado yo...

Sus besos no me permitieron repetir tu nombre,
y el suyo sí, por eso cuando la abrazaba me acordé de ti.

Comí del fruto prohibido dejando el vestido
colgado de nuestra inconsciencia
mi cuerpo fue gozo, durante un minuto,
mi mente lloraba tu ausencia.
No lo volveré a hacer más,
no lo volveré a hacer más.

Pues mi alma volaba a tu lado y mis ojos
decían cansados que eras tú, que eras tú,
que siempre serás tú.
Lo siento mucho la vida es así,
no la he inventado yo...

Si el placer me ha mirado a los ojos
y cogido por mano, yo me he dejado llevar por mi cuerpo
y me he comportado como un ser humano
lo siento mucho, la vida es así,
no la he inventado yo... no la he inventado yo.