A thousand trees de Stereophonics

Standing at the bus stop with my shopping
in my hands when i'm overhearing elder
ladies as the rumours start to fly you can
hear them in the school yard scrap yard
chip shop phone box in the pool hall at
the shoe stall every corner turned around
It started with a school girl who was
running running home to her mam and
dad told them she was playing in the
change room of her local football side they
said tell us again so she told them again
they said tell us the truth they found it hard
to believe cause he taught our steve he
even trained me taught uncle john who's
father of three
But it only takes one tree to make
A thousand matches
only takes one match to burn
A thousand trees
You see it in the class room in the
swimming pool where the matchstick men
are made at the scouts hall at the football
where the wise we trust are paid they all
honour his name he did a lot for the game
he got his name knocked up above the
sports ground gates but now they are
ripping them down stamping the ground
picture gathers dust behind the bar in the
lounge it takes one tree to make
A thousand matches
only takes one match to burn
A thousand trees
Wake up and smell the rain shake up he's
back to stay he hasn't been on a holiday
his growing seeds don't believe why he's
been away in the school yard change room
playing fields bathroom phone box office
blocks corner turned around they keep
doubting the flame tossing the blame got
his name knocked up above the sports
ground gates but now they're
ripping them down stamping the ground
picture gathers dust in the bar in the
lounge it takes one tree to make
A thousand matches
it only takes one match to burn
A thousand trees

De pie en la parada del autobús con mis compras en las manos, mientras escucho a las ancianas hablando entre ellas, los rumores empiezan a volar. Se oyen en el patio de la escuela, en el vertedero, en la pescadería, en la cabina telefónica, en el billar y en el puesto de zapatos; cada esquina que giro. Todo comenzó con una escolar que corría a casa para contarle a su mamá y a su papá que estaba jugando en el vestuario de su equipo local de fútbol. Le dijeron: "Cuéntanos de nuevo", así que les repitió la historia. Ellos le insistieron: "Dinos la verdad". Les costaba creerlo porque él enseñó a nuestro Steve; incluso me entrenó y enseñó al tío John, que es padre de tres.

Pero solo hace falta un árbol para hacer mil cerillas; sólo hace falta una cerilla para quemar mil árboles. Lo ves en el aula, en la piscina donde se hacen los hombres de palillos, en el salón de scouts y en el campo de fútbol donde se paga a aquellos a quienes confiamos. Todos honran su nombre; hizo mucho por el juego y colgaron su nombre sobre las puertas del recinto deportivo. Pero ahora están desmantelándolas, pisoteando el suelo; la imagen recoge polvo detrás del bar, en el salón.

Solo hace falta un árbol para hacer mil cerillas; sólo hace falta una cerilla para quemar mil árboles. Despierta y huele la lluvia; muévete que ya está aquí para quedarse. No ha estado de vacaciones; sus semillas germinantes no creen por qué ha estado ausente, en el vestuario del patio escolar, campos de juego, baño, cabina telefónica, oficina… Cada rincón girado genera dudas sobre la llama y se echan culpas. Su nombre está colgado sobre las puertas del recinto deportivo pero ahora lo están derribando; pisoteando el suelo… La imagen acumula polvo en el bar, en el salón.

Solo hace falta un árbol para hacer mil cerillas; solo hace falta una cerilla para quemar mil árboles.