La canción "Kiss you" de Terminal Choice presenta una letra oscura y perturbadora que explora la obsesión, la muerte y el deseo. La canción narra la historia de un sujeto que está enamorado de alguien que ya ha fallecido, describiendo de manera macabra cómo su presencia física sigue siendo importante para él. A través de metáforas impactantes como "tus sangrientos rojos labios" y "tus rotos ojos mirando el cielo", se revela una relación enfermiza y fuera de lo común.
En el primer verso, se destaca la cercanía física entre el sujeto y la persona fallecida, resaltando el placer sensorial que obtiene al tocar su piel. La descripción de los labios rojos y podridos agrega un tono siniestro a la escena, donde incluso el beso se percibe como un acto criminal debido a las circunstancias macabras.
El coro refuerza la obsesión del sujeto hacia esta persona muerta, expresando un deseo intenso por besarla e incluso por amarla más allá de la muerte. La línea "te sostendré por siempre" sugiere una unión eterna e inquebrantable, aunque uno de los involucrados ya no esté vivo.
La canción juega con temas tabú como la necrofilia y la adoración morbosa hacia los difuntos, creando un ambiente inquietante que desafía los límites sociales aceptables en cuanto al amor y el deseo. La tensión entre lo mórbido y lo romántico se entrelaza a lo largo de la canción, generando una sensación perturbadora en quien escucha atentamente las letras.
En cuanto a comparaciones, Terminal Choice es conocido por abordar temáticas provocativas dentro del género industrial rock, explorando territorios emocionales oscuros y extremos. En otras canciones del grupo podemos encontrar reflexiones similares sobre la muerte, el dolor emocional y las pasiones intensas.
En resumen, "Kiss you" es una canción que despierta revuelo por su lírica cruda e inquietante. A través de metáforas visuales espeluznantes y una narrativa retorcida, nos sumerge en un mundo donde los límites entre amor y obsesión se diluyen hasta alcanzar dimensiones insospechadas. Una mirada profunda a nuestras propias pulsiones ocultas y a las paradojas humanas en torno al tabú.