La canción "no sé de amor", interpretada por Walls en colaboración con Leo Rizzi, es una pieza que plasma la angustia y la vulnerabilidad del protagonista en un contexto donde el amor se presenta como algo ajeno y casi enigmático. Parte del álbum "LUNA 18 (Deluxe)", lanzado el 23 de febrero de 2024, esta composición destaca por su sinceridad emocional, así como por su mezcla de géneros, que refleja influencias contemporáneas y un estilo fresco.
Desde el inicio, el protagonista se siente perdido no solo geográficamente, al mencionar que ha pasado tiempo "en el sur", sino también en su búsqueda interna. La repetición de "me he perdido tanto" indica una necesidad imperiosa de conexión; está deseando permanecer "hasta tarde" junto a alguien especial, sugiriendo que esa persona es lo único que le ancla a la realidad. Esta invitación a quebrarse en compañía insinúa una entrega total. A medida que avanza la letra, se revela un deseo profundo por escapar hacia lo auténtico y alejarse de un entorno superficial lleno de "imbéciles".
El uso del lenguaje coloquial aporta una cercanía innegable a la letra; frases como "vamo' a comernos como putos animales" transmiten una pasión desenfrenada y un deseo visceral que contrasta con su lucha interna. En este sentido, Walls logra plasmar la complejidad del amor moderno: uno donde las emociones chocan con las expectativas sociales. El protagonista expresa no saber sobre el amor, lo cual puede ser interpretado tanto como una limitación personal como un alivio ante la presión de entenderlo todo.
Los temas centrales giran alrededor del desasosiego y el anhelo por experiencias genuinas. La incapacidad para gestionar sus emociones provoca momentos introspectivos donde reflexiona sobre caer “en el olvido” y querer distanciarse de las élites que lo rodean. Ahí se manifiesta nuevamente la idea de autenticidad frente a las apariencias vacías: busca algo real más allá de relaciones fugaces o superficiales.
El tono emocional fluctúa entre euforia y melancolía. Cuando menciona que con esa persona “se le para el tiempo”, evoca la sensación de trascendencia que muchas veces acompaña al amor apasionado; es ese momento suspendido donde nada más importa. Sin embargo, también hay sombras; hay momentos oscuros donde teme perderse hasta convertirse en un eco olvidado.
La superficie lúdica del tema contrasta con su contenido emocional profundo, creando momentos icónicos donde invita al oyente a cuestionar qué significa realmente amar cuando ni siquiera conocemos nuestras propias necesidades afectivas. Al decir “no sé de amor” repetidamente, establece una especie de mantra contradictorio; aunque carece de conocimiento sobre esta emoción tan famosa, siente su impacto intensamente.
En cuanto al contexto cultural, esta canción llega a un público habitualmente expuesto a transiciones emocionales rápidamente compartidas online. Refleja esa generación joven atrapada entre querer disfrutar libremente y las expectativas abrumadoras del mundo actual posiblemente lleno de relaciones efímeras.
Pese a su aparente ligereza musical, "no sé de amor" toca fibras sensibles sobre vulnerabilidad humana y búsqueda genuina en medio del ruido social contemporáneo. El mensaje persiste: tras cada curva emotiva del viaje existe una voluntad sincera por hallar conexión profunda pese al caos circundante. Así queda claro que cada estrofa es un pequeño destello personal acerca del deseo más puro: estar verdaderamente presente con otro ser humano sin reservas ni miedos ocultos.
Esta canción invita al oyente no solo a escucharla sino también a sumergirse plenamente en sus letras evocadoras mientras nos recuerda la confusión inherente al amor pero también la belleza pura en letargo genuino ante alguien especial.