La canción "Qu'est-ce que ça peut faire" de Benjamin Biolay, lanzada en diciembre de 2011, es un ejemplo fascinante del estilo poético y melancólico que caracteriza al artista francés. Esta pieza musical se englobaría dentro del género de la chanson, donde la lírica juega un papel fundamental. Con su capacidad para tejer historias personales y universalmente resonantes, Biolay nos invita a reflexionar sobre el amor y el desamor a través de versos cargados de emociones y sinceridad.
Desde el inicio, la letra plantea un sentido de resignación ante las emociones desgastadas en una relación tumultuosa: "De savoir qu'été comme hiver / Tu vas me manquer". Estos versos sugieren un tipo de nostalgia constante; independientemente de las estaciones o circunstancias, hay una ausencia palpable que persiste. El protagonista parece lidiar con la pérdida y al mismo tiempo reconocer que esas luchas previas entre el amor y el odio ("qu'on s'est fait la guerre / Qu'on s'est fait la paix") no aportan claridad ni soluciones a su dolor emocional. Aquí, Biolay incluye una ironía tácita; estas experiencias intensas han sido en vano ante la inevitabilidad del sufrimiento. 
El uso repetido del estribillo "Qu'est-ce que ça peut faire" actúa como una especie de mantra que transmite tanto desesperanza como apatía. Este recurso enfatiza un ciclo continuo de reflexión sin respuesta; cada pregunta subraya lo absurdo de buscar sentido en situaciones tan cargadas emocionalmente. Al repetir estas líneas, el protagonista parece sumergirse más en su propia confusión: cada interacción sin valor muta en un desierto emocional.
Además, hay momentos muy íntimos revelados cuando menciona: "Que tu jettes la tête en arrière / Que je sois sonné". Esto implica una conexión física entre los amantes que va más allá de las palabras; aunque físicamente presentes, emocionalmente están distanciados. La cita resuena con aquellos recuerdos donde lo sensual se convierte casi en un eco distante – momentos que antes parecían vitales ahora son solo fragmentos lejanos.
A medida que avanza la letra, el tono se vuelve todavía más sombrío cuando menciona actos fallidos e insatisfacciones dentro de su pasión ("Ces actes manqués"). Los encuentros fugaces parecen contraproducentes, vacíos de significado real mientras se enfrentan a “un desierto” al final del camino. Este simbolismo del desierto puede interpretarse como un vacío existencial donde se pierde toda posibilidad de crecimiento o renacimiento emocional; representa un futuro estéril para cualquier esperanza romántica.
En términos emocionales, esta obra evoca una profunda tristeza mezclada con aceptación resignada hacia lo inevitable. Hay algo visceralmente humano al capturar esta experiencia colectiva y atemporal sobre quiénes somos como entes románticos llenos de vulnerabilidades e imperfecciones. La perspectiva adoptada por el protagonista permite que la audiencia empatice fácilmente con su dolor y confusión mientras navega por los altibajos abiertos por sus interacciones pasadas.
Por otra parte, sería interesante comparar "Qu'est-ce que ça peut faire" con otras obras del mismo Biolay o contemporáneas dentro del panorama musical francés. Las letras profundamente introspectivas junto a melodías cuidadas son características comunes; no obstante, aquí hay una inconfundible dualidad entre deseo y desencanto que podría recordar incluso a artistas como Henri Salvador o Alain Souchon.
Finalmente, "Qu'est-ce que ça peut faire" no solo es una canción sobre relaciones perdidas sino también sobre cómo lidiamos con nuestras propias elecciones emocionales complejas. A través del predominante nihilismo presente en muchas líneas líricas junto a toques poéticos característicos del autor, Biolay consigue crear algo genuinamente conmovedor; logra tocar fibras sensibles acerca del amor perdido mientras deja claro que algunas preguntas pueden ser irrelevantes ante las verdades crudas de nuestra propia humanidad. En definitiva, esta obra sigue siendo relevante y poderosa debido a su capacidad para comunicar sentimientos universales desde lo más profundo del ser humano hasta aquellos oyentes dispuestos a dejarse llevar por sus notas melancólicas.