La canción "Ramón Arellano (En Vivo)" del grupo musical Grupo Firme es un homenaje a la figura de Ramón Arellano Félix, un conocido narcotraficante de la historia contemporánea de México, originario de Sinaloa. Esta pieza es representativa del género corrido, que narra las hazañas y vidas de personajes a menudo ligados al crimen organizado. A través de su interpretación, el grupo logra capturar la esencia del personaje en cuestión, presentando una narrativa que mezcla orgullo y temor.
Analizando la letra, encontramos un retrato vívido del protagonista, caracterizado como un hombre fuerte y temido cuyo poder reside tanto en su reputación como en su capacidad para hacer frente a cualquier adversidad. Las menciones repetidas a su "poca" palabra refuerzan la idea de que sus acciones hablan más que sus palabras. Este elemento se convierte en una metáfora poderosa: el silencio como signo de autoridad y respeto en el mundo violento donde se mueve.
La letra revela una historia de poder bruta – con referencias directas a armas y violencia. La imagen del “cuerno de chivo” junto a granadas y un chaleco antibalas presenta no solo la preparación militar del individuo, sino también una declaración sobre su vida cotidiana; Ramón Arellano no es simplemente un criminal, sino un hombre sumergido en una cultura donde las armas son símbolos de estatus. Esto plantea preguntas sobre cómo estas facetas afectan relaciones interpersonales y el código moral dentro del ambiente criminal.
El uso reiterado del nombre "Ramón Arellano" a lo largo de la canción actúa como un mantra que refuerza su leyenda. Al ser llamado por múltiples apodos ("Colores"), resalta cómo diferentes personas pueden tener visiones distintas sobre él; algunos lo ven como héroe, otros como villano. Es esta ambigüedad moral lo que hace al personaje interesante —un antihéroe en toda regla que vive según sus propias reglas.
A medida que avanza el relato, hay momentos que parecen evocar una reflexión sobre el estilo italiano relacionado con otros mafiosos históricos y su manera particular de resolver conflictos. Aquí se puede observar cierta ironía: mientras los protagonistas suelen ser glorificados en este tipo de narrativas, también quedan atrapados en ciclos interminables de violencia y venganza.
Desde una perspectiva emocional, la canción tiene un tono marcadamente intenso e incluso nostálgico por momentos; aunque celebra la vida valiente de Ramón, subyace una tristeza implícita por las consecuencias inevitables que este estilo de vida acarrea. Las palabras utilizadas transmiten fuerza pero también insinúan soledad y pérdida; tras cada acto violento existe el eco silencioso del sacrificio personal.
Este enfoque permite profundizar sobre los motivos recurrentes en muchos corridos modernos donde se mezcla admiración con crítica hacia vidas poco convencionales pero profundamente marcadas por la lucha constante. El protagonista aquí es percibido casi como una víctima del contexto social que le rodea: representa tanto el orgullo sinaloense como las tragedias inherentes al mundo del narcotráfico.
Finalmente, "Ramón Arellano (En Vivo)" ejecuta hábilmente el balance entre realidad cruda y reverencia cultural típica del corrido mexicano contemporáneo. El Grupo Firme ha sabido adaptar esta tradición popular para mantener viva la memoria histórica relacionada con personas cuya existencia suele estar ensombrecida por los aspectos más oscuros de sus biografías.
Es evidente que esta canción no solo sirve para recordar a Ramón Arellano como figura histórica sino también invita al oyente a reflexionar sobre las decisiones extremas tomadas bajo presiones sociales implacables; así mismo recuerda lo efímero e inestable que puede ser vivir impulsado únicamente por el poder.