Dice la canción

Una maldita suerte de Fito Y Fitipaldis

album

El Monte de los Aullidos

25 de octubre de 2025

Significado de Una maldita suerte

collapse icon

La canción "Una maldita suerte” de Fito Y Fitipaldis es una obra que evoca la nostalgia y la melancolía a través de sus letras. El propio título sugiere una ambivalencia: aunque el protagonista apunta hacia un momento afortunado al conocer a alguien especial, la calificación de “maldita” implica que esa fortuna podría estar acompañada por un dolor subyacente. Esta dualidad se despliega en los versos que celebran la conexión emocional mientras reflejan las pérdidas y anhelos del pasado.

Los primeros compases nos sumergen en una atmósfera íntima, donde el protagonista rememora cómo aprender a bailar al ritmo de esa persona ha sido crucial para su vida. Metáforas visuales como "dos gotas de agua resbalando en el cristal" evocan imágenes de frescura y fragilidad, generando una conexión inmediata con el oyente. Esa noche mágica, iluminada por la presencia de ella, no solo simboliza un momento significativo; también se utiliza como telón de fondo para describir un nuevo amanecer. Aquí se puede apreciar cómo Fito juega con la idea del tiempo, donde lo efímero de aquel instante contrasta con el deseo persistente del protagonista de volver a encontrarla.

A medida que avanzamos en la letra, emerge un sentimiento más profundo aún: los recuerdos se encuentran “encerrados en la música grabada de un casete”, lo que indica no solo nostalgia, sino también una pérdida tangible vinculada al paso del tiempo y al inevitable cambio. Este anhelo está claramente sazona con elementos cotidianos —el cigarro que quema la camisa o el aguardiente restante— que aterricen nuestra atención en los momentos mundanos significativos repletos de emociones intensas e irrepetibles.

En otro pasaje memorable, el protagonista admite haber olvidado rápidamente ese encuentro, pero luego expresa cómo ha comenzado a soñar nuevamente con ella. La tristeza y lejanía capturadas en su mirada son casi palpables; Fito Y Fitipaldis logra transmitir esa añoranza profunda y desesperada utilizando frases cargadas emocionalmente. El uso del telescopio para observar las lágrimas añade un toque poético impresionante acerca de cómo las barreras emocionales pueden dificultar incluso los actos más simples como conectar visualmente con otra persona.

El tono emocional predominante es profundamente nostálgico pero no estrictamente trágico; hay destellos de esperanza intercalados con sentimientos perdidos. Estos contrastes hacen que cada línea resuene especialmente entre quienes han experimentado conexiones efímeras pero impactantes. El protagonismo personal da mayor fuerza narrativa a las experiencias compartidas; sus reflexiones son universales y tocan fibras sensibles en quienes han amado o perdido algo especial.

Desde una perspectiva más amplia, esta pieza encaja bien dentro del contexto del álbum "El Monte de los Aullidos", transmitiendo la sensibilidad característica del estilo musical definido por Fito Y Fitipaldis. Su capacidad para contar historias cotidianas entrelazadas con emociones profundas aporta riqueza a su discografía y permite comparaciones favorables dentro del ámbito rockero español contemporáneo.

Así pues, "Una maldita suerte” no solo presenta una historia individual sobre amor perdido y recuerdos perdurables; también es una exploración íntima sobre cómo esos momentos fugaces pueden dejarnos huellas imborrables en nuestras vidas. La conexión con lo cotidiano —confiriendo significado a escenarios simples— junto a este espacio emotivo hace que esta canción siga viva mucho después del último acorde.

Interpretación del significado de la letra.

Ha sido una maldita suerte conocer tu ritmo y tu manera de mover los pies
Dos gotas de agua resbalando en el cristal
Y esa noche que brillaba mientras tú la iluminabas y empezaba a amanecer
Yo solo dije: Ojalá te vuelva a ver

Los recuerdos se quedaron encerrados
En la música grabada de un casete
La camisa se quemó con el cigarro
Queda un poco de aguardiente en la botella para echar en el café

Y me volví a perder, qué pronto te olvidé
Y de repente, ¿sabes? Empecé a soñar contigo
Y tu mirada es triste y tan lejana que
Haría falta un telescopio, para ver tus lágrimas

0

0