Dice la canción

Aceitunero de Marea

album

Las Aceras están llenas de Piojos

1 de noviembre de 2025

Significado de Aceitunero

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La canción "Aceitunero" de Marea es una obra que destaca por su rica y poética letra, reflejando la esencia de la vida en un entorno rural y el sentimiento de pertenencia a la tierra. Publicada en 2007 como parte del álbum "Las Aceras están llenas de Piojos", esta pieza combina elementos del rock con una fuerte influencia del folklore español, creando una atmósfera nostálgica y evocadora.

Desde el inicio, el protagonista se enfrenta a su realidad usando imágenes potentes: "El cristal de mi pecera tan sólo lo ensucias tú". Este verso establece un tono melancólico pero también reflexivo, donde los recuerdos son tanto un refugio como una carga. La figura de Romero aparece como un eco del pasado que resuena en el presente y que sirve para abrir una puerta a la introspección. A través de personajes e imágenes netamente andaluzas —como las referencias a Jaén—, Marea mece al oyente en una corriente cultural que narra no solo la lucha diaria sino también el orgullo por las raíces.

La repetición de "aceitunero" a lo largo de la letra funciona como mantra; simboliza no solo a la persona trabajadora quién recolecta aceitunas, sino también al hombre común atado a sus orígenes. En cada línea se siente ese apego casi visceral hacia su tierra y su gente. El uso del sol como elemento recurrente refleja tanto esperanza como sufrimiento —"aceitunero el sol con dientes en las botas"— sugiriendo cómo los esfuerzos cotidianos pueden dejar huellas profundas sin quitar esa luz necesaria para continuar.

A medida que avanzamos en los versos, notamos un giro notable hacia lo existencialista cuando menciona: "El morral donde guardo lo que he sido se perdió". Esta pérdida material simboliza mucho más, representando aquellas partes fundamentales de sí mismo que se han diluido con el paso del tiempo. Por otro lado, hay algo entrañable en los detalles evocadores sobre aromas y sabores económicos —membrillo y galán— quienes añaden capas sensoriales que enriquecen la narrativa. El uso pleno de metáforas proporciona no solo vivacidad escénica sino también toques de ironía sutil; a pesar del peso emocional cargado sobre sus hombros, existe un componente festivo dentro del canto.

Los temas centrales incluyen la memoria, el desarraigo y la lucha personal frente a las adversidades cotidianas, mientras que motivos recurrentes giran alrededor de los aromas y sabores locales junto a postales románticas sobre una vida cultivada desde las raíces familiares. Además, resulta interesante observar cómo Marea conecta lo íntimo con lo universal —la lucha por sobrevivir no es exclusiva de Andalucía, sino que resuena con cualquier individuo cuyo hogar esté ligado a trabajos arduos y memorias inapagables.

En términos emocionales, el tono fluctúa entre la desesperanza sutil y la celebración visceral —una dualidad poderosa ya típica del rock español contemporáneo— donde se permite también brindar espacio para momentos más ligeros incluso ante problemas profundos e intrínsecos de identidad cultural.

"Aceitunero" puede verse no solo como canción sino también como crónica social; puede establecer conexiones con otras obras dentro del repertorio musical español vanguardista o incluso entre artistas latinoamericanos que buscan explorar temas similares sobre conexión y desencuentro con las raíces culturales mediante expresiones contemporáneas.

En resumen, este tema lleva al oyente por un viaje profundo e introspectivo hacia lo cotidiano visto desde el prisma poético rentable que presenta Marea. Con recursos líricos brillantes cargados de significancia emocional pura، lograron capturar crudamente aspectos hermosos —y dolorosos— propios del ser humano relacionado profundamente con su ambiente natural y cultural.

Interpretación del significado de la letra.

El cristal de mi pecera tan sólo lo ensucias tú,
cuando dices: Romero, qué solo estás,
no es pa tanto, haz el favor, abre la luz y cierra el gas,
que se van los churretes de sudor del ataúd,
y el olor de cantaores al llorar,
y mi luna de Jaén baja de luto a caminar,

Aceitunero el sol,

y el cante de ese grajo que en mi garganta no quiere anidar,

aceitunero yo,

si un día fui camino, pues hoy muele molino, y a rodar,

aceitunero el sol,

con dientes en las botas, mordiendo a las gaviotas al pisar,

vareando poetas para hacerlos hablar,

El morral donde guardo lo que he sido se perdió

con los callos del mango de la sartén,

mis alhajas, mi mortaja, con todo lo que ahora me da igual,

me quedó una rienda hecha en cuero de tu piel,

el fragor de chiribitas al mirar,

unos pies de enredadera y ratoneras para el despertar,

Aceitunero el sol,

que prende los fogones del pecho del que lo quiere mirar,

aceitunero yo,

llenitos los bolsillos de aromas de membrillo y de galán,

aceitunero el sol,

muriendo a las mañanas cayendo de su rama a mi trigal,

para hacerme una lumbre,

Aceitunero el sol,

que se acuesta en los mares y siempre le quitan algún retal,

aceitunero yo,

que asusto a la simiente con mi voz de aguardiente al acunar,

aceitunero el sol,

el árbol de pesares que nunca deja ver el robledal,

aceitunero soy,

Y los sacos no dan abasto de olores,

de sillas de anea, de tantos sudores,

de anís y pestiños, de lechos de almendra,

de bolas de enebro, de más corazones,

no caben más gatos con sus cascabeles,

con sus noches muertas para que las vele,

no cabe ni siquiera la luz

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