La canción "De Caza" de Marilina Bertoldi, lanzada en mayo de 2025 como parte de su álbum "Para Quien Trabajas Vol. I", refleja una compleja búsqueda emocional del protagonista que intenta desentrañar y expresar sus sentimientos hacia una persona llamada Elena. A través de una lírica intensa, la artista comparte la vulnerabilidad que acompaña al amor y a las obligaciones emocionales. El tono es confidente y directivo, lleno de matices que revelan tanto deseo como un anhelo por la sinceridad.
Desde el principio, Bertoldi establece un contraste entre el temor a exponerse y la necesidad imperiosa de comunicar lo que siente. Frases como “ahora siento que decírtelo es más raro que no hacerlo” sugieren esa lucha interna: el protagonista está atrapado entre el impulso de abrirse y el miedo al rechazo o a las repercusiones de dicha revelación. Esta ambivalencia alimenta un clima emocional tenso donde cada línea parece capturar un instante decisivo en el proceso de amor/desamor.
Los motivos recurrentes en la letra incluyen la duda, la obsesión y la soledad. La idea de sentirse observado o sometido a juicio, simbolizada por frases como “quiere verme sola”, añade una capa adicional a esta interacción interpersonal. Aquí se presenta una ironía mordaz: mientras se busca conexión con Elena, también persiste un temor palpable —el miedo al aislamiento— lo que complica aún más los intentos del protagonista por acercarse.
El uso repetido de "vine y no para desesperar" resuena claramente con esa urgencia contenida; el protagonista quiere aclarar sus sentimientos sin caer en el dramatismo o forzar situaciones. Este mantra casi obsesivo refuerza esa sensación agobiante del deseo; hay algo puramente visceral en cómo se expresa Marilina sobre su intención sincera frente al caos interno. Además, invitar a Elena a mirar sus fotos pone en juego elementos autobiográficos donde las memorias pasadas juegan un papel crucial en construir el presente emocional del cantante.
La estructura lírica también contribuye a crear una atmósfera íntima; Bertoldi utiliza versos cortos, directos y cargados emocionante, jugando con ritmos que impulsan la narrativa hacia adelante pero dejan espacio para reflexiones profundas sobre las expectativas personales. El hecho de mencionar explícitamente a Elena confirma una necesidad clamorosa por conectar genuinamente con otro ser humano, así como despojarse del peso emocional acumulado anteriormente.
En cuanto al contexto cultural de su lanzamiento, "De Caza" ocurre durante un periodo marcado por conversaciones sobre autenticidad emocional dentro del arte musical contemporáneo. La forma directa de abordar temas complicados puede reflejar además un cambio generacional donde los artistas buscan romper tabúes sobre cómo se exploran las relaciones amorosas.
Comparando esta obra con otras canciones dentro del mismo repertorio artístico o artistas similares, Marilina lleva consigo un aire fresco sobre la manera tradicional en que se ha tratado el amor; su enfoque directo contrasta con cancioneros más románticos o idealizados característicos en géneros adyacentes. En definitiva, "De Caza" nos invita no solo a escuchar sino también a vivir cada palabra dicha —una oda cruda al deseo humano compartido entre dudas e intrigas— apostando por mostrar fragilidad sin perder fuerza.
A través de toda su composición, se percibe cómo cada repetición invita al oyente a confrontar sus propias experiencias amorosas e incertidumbres mientras celebra también esa búsqueda incesante por ser vistos y comprendidos verdaderamente. Así es como Marilina Bertoldi transforma sus luchas personales en poesía sonora capaz de resonar universalmente entre quienes atraviesan caminos emocionales similares.